Los telediarios de La Sexta ofrecen una imagen de la actualidad tan sesgada hacia la izquierda que el resto de la programación de la cadena parece a su lado un engendro centro-reformista, lo cual ya es mucho. Los domingos, el telediario vespertino tiene la responsabilidad añadida de preparar a los fieles de la cadena para recibir la efusión espiritual de la oficiante Ana Pastor, que celebra su oficio semanal justo a continuación.
Por el informativo de La Sexta desfilan sin interrupción los grupos más caracterizados por su lucha en defensa de la agenda del progresismo patrio. Ayer le tocó al sindicato de Sánchez Gordillo y a los estudiantes del instituto valenciano que metieron fuego a la ciudad hace un año para protestar por los recortes educativos, objeto de un documental seguramente subvencionado profusamente por el gobierno del PP como manda la tradición.
Sin embargo, el plato fuerte del telediario de este fin de semana ha sido la sanidad. La campaña de unos voluntarios de la llamada "marea blanca" para exigir atención sanitaria exclusivamente pública acaparó largos minutos, con el fin de que la audiencia se entere de ese derecho irrenunciable que, para la izquierda, no reside en recibir el mejor servicio médico, sino que éste sea prestado por funcionarios. Los promotores de la campaña denuncian que los hospitales públicos están a medio rendimiento por culpa de que los gobiernos autonómicos del PP derivan a los pacientes a centros privados. Pasillos vacíos, quirófanos inoperantes y habitaciones desangeladas adornaron la pieza informativa.
Hasta ahí todo bien. El problema es que inmediatamente después, el telediario progresista cambia completamente de rumbo y denuncia que nada menos que 800 personas mueren al año por el hacinamiento en los hospitales públicos, por supuesto culpa de los recortes. ¿En qué quedamos? ¿Los hospitales públicos tienen poco trabajo por culpa de la derechona o están a reventar por culpa de la derechona? Esta contradicción flagrante debería abrumar al espectador de ese telediario, por más de izquierdas que se declare, pero a tenor del nivel de audiencia, escasito pero estable, que mantienen los informativos de La Sexta cabe deducir que las preferencias de los progresistas españoles a la hora de "informarse" están grabadas en pedernal.
Pero lo más destacado de esta misa dominical de progreso en forma de telediario fue el resultado del "barómetro" que la cadena realiza periódicamente para ver cómo evoluciona la caspa derechista "destepaís". En esta ocasión le tocó al aborto, argumento principal de la ofensiva del progresismo contra el gobierno del PP y su ministro Gallardón. Según La Sexta, hasta entre los que votan al PP existe una amplia mayoría que opta por mantener el aborto según lo dejó Zapatero, convertido en un derecho inalienable de la mujer sin más zarandajas. La oposición al gobierno en este grave asunto ya ha impregnado a los propios votantes de Rajoy, según La Sexta, lo que sin duda interpelará seriamente a los diputados del PP a la hora de votar en conciencia cuando la ley culmine su itinerario parlamentario. Esa conciencia progresista de algunos dirigentes populares, suficientemente acreditada en episodios similares, es lo único que podrá detener la próxima "marea", esta vez dedicada a exigir el “derecho al aborto”, con que la izquierda española ya está amenazando. En los telediarios de La Sexta no les faltarán minutos para contar esta hermosa historia de lucha en defensa de otro derecho social que la derecha franquista busca cercenar.