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'Cara B'

John Powell, música para entrenar dragones

Cara B revisa la obra del responsable de la música de sagas como Ice Age o la trilogía de Jason Bourne.

Cara B: "Especial Compositores: John Powell"

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Cara B revisa la obra del responsable de la música de sagas como Ice Age o la trilogía de Jason Bourne.
La música de John Powell

En un momento cinematográfico marcado por la falta de originalidad, siempre resulta agradable la aparición de talentos marcados por la frescura y versatilidad. Y en la penúltima generación de los músicos de cine, John Powell destaca por encima de casi todos sus contemporáneos. Este londinense, integrante de Remote Control Productions (la compañía del omnipresente Hans Zimmer), lleva más de quince años firmando partituras para todo tipo de películas, demostrando un eclecticismo sólo explicable a través de su pasión por el jazz, el rock, los sintetizadores y la música clásica. 

Tras unos inicios algo discretos con bandas sonoras como la de Face Off, Powell encontró pronto su inspiración, casi siempre asociada al género de animación, con proyectos como Antz, Chicken Run y la saga de Shrek. Estos proyectos le han servido para trabajar junto a compositores de la talla de Harry Gregson-Willliams, e incluso se ha codeado con el propio Zimmer, frente al que no desentona en absoluto. 

Pero, aunque su tarjeta de presentación sea el cine animado, con el género de acción demostró estar más que a la altura: en algunas ocasiones, su música es (con mucho) lo mejor del film, como en la fallida X-Men 3. Y en otros proyectos, su trabajo ejerce de guinda del pastel, como en el caso de la trilogía de Jason Bourne (demostrando que, a pesar de su dominio de los sintetizadores, las músicas orquestales también están a su servicio, para marcar la tensión de la trama o como expresión de la angustia de los personajes).

Si hay que quedarse con una en particular de su creciente iflmografía, la ganadora es, sin duda, Cómo entrenar a tu Dragón. Se trata de una obra compacta, sólida, en al que la fantasía y el mito se acompañan de motivos épicos y con un destacadísimo tracklist, en el que temas como Forbidden Friendship hacen soñar tanto como el propio film. Quizá el secreto de artes como el cine y la música casi siempre reside en saber canalizar sueños y sentimientos, creando un vínculo con el espectador. Y Powell, cuya agenda tiene proyectos de sobra para el futuro, conoce esta técnica a la perfección.

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