Manuel Bedmar y Rocío Flores han roto su relación "por desgaste". Según informa la revista Semana, la pareja ha decidido tomar caminos separados aunque parecían tener un vínculo inquebrantable. Después de seis años de relación y de haber compartido muchas vivencias, los jóvenes dejan atrás su vida en común y por tanto, la casa que compartían en Málaga.
Sin embargo, horas después de hacerse pública la noticia, un extraño movimiento de la pareja ha alertado a sus seguidores en las redes sociales. En el momento de la publicación de la ruptura, Manuel Bedmar volvió a seguir a su expareja en Instagram, a la que había dejado de seguir días atrás. Un gesto que le ha devuelto Rocío Flores, lo que implica que podría haber existido un acercamiento entre ellos durante las últimas horas.
Según la información publicada por la citada revista, la hija de Rocío Carrasco decidió terminar con su relación al darse cuenta de que no se sentía lo mismo que antes y no tenían los mismo planes de futuro. Ella comienza a sentirse muy a gusto con su vida en Madrid, su proyectos profesionales y junto a las amistades que ha hecho en la capital. Él, por su parte, no se plantea dejar su tierra y busca una relación más tranquila y alejada de los medios y la polémica.
Los rumores sobre una posible ruptura surgieron hace unas semanas, después de que Rocío Flores dejase de compartir fotografías con su entonces novio en las redes sociales. Incluso llegaron a lanzarse indirectas en algunas publicaciones, algo que no pasó desapercibido para sus seguidores. "Ojalá se pudiese vivir eternamente en la magia que desprende el comienzo al lado de alguien", escribió Rocío hace unas semanas. Una frase que no gustó nada a Bedmar y así se lo hizo saber en la publicación.
El entorno cercano a la pareja asegura que el malagueño ha intentado salvar su relación hasta el último momento, pero no ha sido posible. Por el momento, el joven continúa viviendo en la casa que disfrutaba con su pareja: un apartamento e dos dormitorios en una zona muy moderna de la Costa del Sol, lugar en el que se suelen arrendar este tipo de viviendas por más de 900 euros.