En apenas seis meses, Alba Santana ha tenido que enfrentarse a las pérdida de sus padres, Mila Ximénez y Manolo Santana. La joven, que reside en Ámsterdam con su marido y sus dos hijos, ha recibido en estos días la noticia de la herencia que recibirá tras fallecimiento de sus progenitores: de su madre recibirá tres millones de euros, de su padre, nada.
Manolo Santana falleció el pasado 11 de diciembre, solo seis después que Mila Ximénez. Durante los últimos años, la relación del tenista con sus hijos biológicos fue fría y distante, tal y como señala la revista Lecturas. En el funeral pudimos ver a Alba reencontrarse con sus hermanos, pero en ningún momento se acercó a Claudia Rodríguez, viuda de su padre, a la que consideran culpable del distanciamiento.
Mila Ximénez se casó con Manolo Santana el 9 de febrero de 1983 y poco después nació Alba, que fue la gran prioridad de la periodista toda su vida: "El sacrificio que hizo mi madre me marcó de por vida. Tomó la decisión de que me fuera con mi padre para que yo viviera mejor", señaló Alba en una entrevista reciente tras el fallecimiento de la colabora de Telecinco.
Actualmente, la joven pasa su duelo en Ámsterdam, donde vive con su marido y sus dos hijos, a los que Mila adoraba. Allí ha recibido una sorprendente noticia, un último regalo de su madre en forma de una suculenta herencia de tres millones de euros en metálico. Una sorprendente herencia que contrasta, y mucho, con el inexistente legado de su padre, que decidió no dejar nada a su hija.
