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Rocío Carrasco estrena look en un insípido y gris especial en Telecinco

La primera entrega de Montealto, resultó ser un decepcionante prólogo en el que apenas se mostró una de las habitaciones de la famosa vivienda.

La primera entrega de Montealto, resultó ser un decepcionante prólogo en el que apenas se mostró una de las habitaciones de la famosa vivienda.
Rocío Carrasco | Telecinco.es

Rocío Carrasco reapareció este miércoles en Telecinco con Montealto: regreso a la casa, un nuevo especial dedicado a la figura de su madre y que sirvió como previa de lo que se podrá ver el próximo viernes. Un programa en el que la hija de Rocío Jurado explota un poco más los asuntos derivados de las posesiones de la famosa casa donde vivió con sus padres, vivienda que se reconstruirá a tamaño real en un plató de Mediaset España.

La primera entrega de este programa, un avance de corta duración con el que Telecinco intenta poner solución a la crisis de contenido y audiencia que atraviesan desde hace meses, resultó ser un insípido y decepcionante prólogo en el que apenas se mostró una de las habitaciones de la famosa vivienda, la de la propia Rocío Carrasco cuando era niña.

Para una noche tan especial, la hija de Rocío Jurado estrenó nuevo look, quizá lo más destacable de la noche: "Me apetecía cortar por lo sano", dijo al entrar al plató con un radical corte de pelo y visiblemente nerviosa. "Con fuerzas renovadas", Rocío explicó los motivos por los que no había podido desbloquear antes esos recuerdos y abrir los contenedores que albergaban los objetos personales de su madre: "No podía. No me encontraba. Tenía demasiadas cosas a las que hacer frente". Acabando con cualquier especulación por parte de su familia materna, Rocío sentenció: "Todas las cosas me pertenecen porque mi madre me las dejó a mí".

Sin poder retener las lágrimas al reencontrarse con la habitación de su infancia, Rocío recordó algunos de los mejores momentos que vivió en esa casa. "Los fines de año en casa eran maravillosos, eran de todo menos normales", narró Rocío ante una de las fotografías que aparece junto a sus padres. Jorge Javier Vázquez también enseñó las calificaciones escolares de Rocío en las que los 'insuficientes' eran de lo más habituales, tanto es así que incluso tuvo que repetir algún curso.

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Además, Rocío pudo escuchar una entrevista de su madre en la que reconocía que su hija se parecía físicamente a su padre y a ella en su forma de ser. "Mi madre ahora no me reconocería con muchos de mis temores, haciéndome pequeña... Eso mi madre no lo hubiera permitido porque, efectivamente, me parezco mucho a ella. Ahora estoy en el camino de volver a ser la que era". Una vez más emocionada, Rocío disfrutó de una cinta VHS en la que su madre presume de voz frente a su marido Pedro Carrasco y ella misma de pequeña. "Esa era la época feliz de mi madre y mía, luego nada volvió a ser lo mismo. Ahí mi madre era muy feliz, mucho".

Para finalizar el especial de 50 minutos de duración, Rocío se reencontró con alguien muy importante para ella a pesar de los años, Regli. Con una sonrisa en el rostro, Rocío recordó con ella los siete años en los que fue su niñera y confidente.

¿Cómo era Montealto?

Montealto fue un símbolo de los años de esplendor y unión familiar. Si bien durante los últimos años del matrimonio de Rocío Jurado y José Ortega Cano, tomó protagonismo la finca La Yerbabuena, Montealto fue el hogar de la artista y su familia durante más de 30 años. La vivienda fue adquirida a finales de los 70 y en ella se han vivido algunos de los episodios más recordados de la vida de Rocío Jurado.

De hecho dentro de ella se produjo el primer contacto con la fama y los medios de comunicación de Rocío Carrasco, concretamente en la habitación de sus padres. Este fue el lugar elegidos para presentar a la prensa a su primera hija, quién también se crió allí. También fue el hogar que vio crecer a sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, después de su adopción.

Montealto, también conocida como Villa Jurado, estaba situada en el exclusivo barrio madrileño de La Moraleja y estaba compuesta por dos plantas y un sótano donde se habilitó un tablao flamenco, el lugar favorito de la artista para recibir a la prensa. Además de entrañables momentos familiares e inolvidables fiestas, la vivienda también fue el escenario del capítulo más triste de la vida de Rocío Jurado: allí informó en una rueda de prensa sobre el cáncer de páncreas que le habían diagnosticado.

Antes de su fallecimiento, la artista dejó claro que no quería que esta casa pasara a manos de ningún familiar y pidió que se vendiera, motivo por el que ni Rocío Carrasco ni José Ortega Cano pudieron hacerse con ella. Tras la muerte, se vendió a un inversor, con la crisis del 2008 la casa acabó saliendo a subasta en 2017 y acabó en manos de una entidad bancaria. En los últimos días se ha sabido que la casa sigue 'okupada' por el inversor y su familia, que se han negado a salir de la vivienda debido a sus problemas económicos.

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