Después del vendaval mediático de la semana pasada, con Antonio David Flores y Marta Riesco confesando su relación, Rocío Flores trata de sobrevivir a la polémica como puede.
No obstante, y mientras continúa con su vida, la hija del exguardia civil y Rocío Carrasco no puede evitar mostrar su enfado ante diversos episodios. Un ejemplo, los del programa Sálvame, uno de sus principales azotes. En su edición del lunes, unas nuevas palabras de desprecio de Jorge Javier han hecho que Rocío no se muerda la lengua.
Fue tras una cena con su inseparable Gloria Camila, que el día de ayer también afrontó una dura jornada con la manipuladora maniobra de Rocío Carrasco, esta vez a costa de los enseres de su madre entregados a Ortega Cano ante las cámaras.
Después de que el catalán bautizase a Antonio David como "el penas", por su actitud victimista de cada una de sus apariciones, Rocío Flores ha declarado: "¡Qué lástima! Pobrecito. Pena me da él a mí".
Rocío reacciona así ante el desprecio y la burla del programa que se ha convertido en una de las principales pesadillas para ella y su familia. Todo ello en una complicada situación en la que, según dijo, "lo que tenga que hablar con él se lo diré, pero en privado", en referencia a su padre y el adiós al domicilio familiar con Olga Moreno.
Y aún quedaba una última cuestión por contestar relativa a la amistad rota con, precisamente, Marta Riesco, periodista y confidente de Antonio David que acabó siendo algo más y que, en tiempos, era amiga de la propia Rocío Flores.
Y es que en el programa de La Fábrica de la Tele también bromearon sobre cómo tendrá que llamar Rocío a Marta Riesco, si "mamá" o "Tita". A esta broma cruel Rocío ha contestado con rostro serio que "Marta Riesco, que es como se llama".