Menú

María Barranco, abuela divorciada, no necesita un hombre a su lado

Separada de Imanol Uribe, María Barranco ha vuelto a la profesión de actriz tras una época de dificultades

Separada de Imanol Uribe, María Barranco ha vuelto a la profesión de actriz tras una época de dificultades
María Barranco. | Gtres

María Barranco ha estrenado en vísperas navideñas una comedia cinematográfica divertida con tintes también dramáticos, El refugio. Se rodó en verano aunque la acción de la película se desarrollaba en invierno. Algo que ocurre a menudo en el cine. Sus protagonistas sudaron lo suyo por la ropa que llevaban, supuestamente para protegerse del frío. Para esta actriz malagueña, de sesenta años, significa su vuelta a la pantalla tras una etapa en la que nadie la contrataba. Estuvo a punto de insertar un anuncio en los periódicos como hizo una vez la mítica Bette Davis: "Actriz premiada con dos Goyas pide un papel por pequeño que sea". Ha pasado por épocas difíciles desde que se separó de su marido, el director Imanol Uribe, tras veintidós años de unión y una hija en común, Andrea. Un caso más de quien vive de una profesión inestable, aun habiendo demostrado su talento.

No está el cine español sobrado de actrices como ella, dotada de una vis cómica más que probada. Con una actitud muy personal ante la cámara por su voz, su mirada, sus gestos… En cierto modo asemejada con la recién fallecida Verónica Forqué, de quien era amiga y ésta la ayudó en alguna ocasión. Lloraba María ante el féretro instalado en el teatro Español.

María de los Remedios Barranco García nació en la capital malagueña donde dudaba si estudiar Ciencias Económicas o, mejor, Medicina. Pero decidió ser actriz. Allí conoció a su paisano Antonio Banderas, con el que luego coincidiría en un par de películas de Pedro Almodóvar. El nombre de otra paisana, Marisol, no lo quitaba de su mente, pues pensaba que podía aspirar a triunfar como ella, con la distancia que fuera. Desde luego ya cuando no era niña prodigio. En otros momentos de sensatez, se decía para sí que era un simple sueño.

Hubo de pasar fatigas desde que, con veintiún años llegó a Madrid con una mano delante y otra detrás. En su familia escuchó esta advertencia: ten en cuenta que ser artista es lo mismo que meterse a puta. Mas no hizo caso a esa vulgar comparación, desproporcionada aunque corriente en esa época todavía, terminando la década de los 70. Hizo la maleta y dejó Málaga entre lágrimas e ilusiones. Confiaba en tres números de teléfonos, cuyos usuarios le habían prometido ayuda. A poco de bajarse del tren en la estación de Atocha caminó derecha hacia una cabina telefónica, fue marcando uno a uno esos dígitos de sus supuestas amistades.. Y lo que escuchó a través del auricular fue similar: bienvenida a Madrid y que te vaya bonito. Entonces se informó acerca de dónde podía conocer a algunos actores, dirigiéndose hasta la cafetería del teatro María Guerrero, punto de reunión, en efecto, de quienes buscaba. Y alguien, supongo que el responsable de un reparto próximo en el tiempo, le proporcionó un papelito de dos frases en la reposición de La venganza de don Mendo.

Como su nombre y apellidos eran largos, con su sentido del humor, se inventó dos posibles y divertidos sobrenombres: Lola Mento y Mamen Tido, como sacados de un comic. Almodóvar también en sus comienzos jugaba con algo parecido, en su faceta de cantante "friki". En esa búsqueda de trabajo, quien ya decidió ser María Barranco a secas, se ganó las judías en la compañía de revistas de Juanito Navarro, enseñando naturalmente las piernas y parte de su busto. No era lo que ella quería, pero menos da una piedra, pensó para sí. Apareció también como azafata del programa de televisión Gol y al Mundial 82, del que no guarda buenos recuerdos.

maria-barranco-imanol-uribe.jpg
Con Imanol Uribe | Archivo

Y entre otros cometidos y algún ligue para ir pasando el tiempo conoció al que iba a ser su marido, el realizador vasco Imanol Uribe, que destacaria por la solidez de su cine y el acercamiento a historias relacionadas con ETA. La boda la celebraron en 1982, tuvieron una niña, Andrea, hoy economista, y hasta 2004 nada hacía presagiar su divorcio, pues formaban una pareja muy querida entre sus colegas. A primera vista con un carácter desigual, ella siempre en plan de chunga y él, más reconcentrado. La dirigió Imanol en tres películas. Y otros directores de prestigio también en aquellos años de la movida madrileña. Pedro Almodóvar quedó dicho que contó con ella para "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (que le permitió a María ganar su primer Goya a la mejor actriz de reparto) y "Átame". La segunda estatuilla, que pesaba lo suyo desde luego, también en ese mismo apartado la consiguió por su interpretación en Las edades de Lulú.

Al romper con Imanol Uribe el mundo se vino abajo para María Barranco, como si jugando con la significación de su apellido le fuera a ser muy difícil salir adelante. Había demostrado sobradamente que era una actriz con muchos recursos, sobre todo para la comedia, tanto en cine principalmente, como en teatro y televisión. Correlativamente, a fecha de hoy, su biografía artística reúne alrededor de cuarenta filmes, una veintena de series televisivas y unas diez o doce producciones teatrales. Y en ellas, casi siempre, con el sello característico de su comicidad, entre ingenua, despistada a propósito o simplemente divertida, con naturalidad ante las cámaras y el público, como si fuera nuestra vecina y llamara a la puerta para pedirnos unas hojas de perejil.

El palo de quedarse sin marido y a cargo de su hija no sólo le supuso a María Barranco una tristeza demoledora: también acusó la falta de dinero para ir tirando, cuando los contratos empezaban a escasearle. Y entre una cosa y otra, fue cayendo en un pozo negro (vuelvo al chiste malo de su apellido) del que pudo sacarla la abogada Cristina Almeida, en dos momentos de su alterada vida. En los que le ofreció irse a vivir a su casa. Y así permaneció alrededor de un año para ir poco a poco recuperándose. El piso en el que había vivido con Imanol y Andrea le era muy grande. Lo alquiló y se fue a vivir a otro más reducido. Hizo público su agradecimiento a Cristina: "Me enseñó a quererme a mí misma y a las mujeres".

maria-barranco-cristina-almeida.jpg
María Barranco y Cristina Almeida. | Gtres

Conforme iba superando aquel bache sentimental y económico, María Barranco se aferró a una idea fija: no volvería más a casarse. Incluso a pronunciar, rotunda, esto: "No necesito a un hombre a mi lado". Por el momento ha cumplido esos deseos.

Los vaivenes que ha vivido María Barranco en los últimos tiempos le han hecho recapacitar. Su hija viene ocupando parte de sus pensamientos diarios. Ya casada Andrea, madre de tres hijos. Se ven cuanto les es posible y María disfruta con esos nietos que llenan muchas horas de su existencia cuando los tiene consigo. Las fiestas de estos días le traen a la estupenda actriz recuerdos de su infancia. La Nochevieja la pasarán juntos. Con el estreno de la película mencionada al principio, El refugio, María ha recobrado los felices momentos que tuvo hace veintitantos años, en su época más fecunda. Como también le produce una gran satisfacción colaborar con la locutora Angels Barceló en su programa de radio, Simplemente María, que nos trae a la memoria aquella radionovela del mismo título. Lo que quiere María Barranco para este 2022 que llega es que no le falte "el curro", porque ha subido la cesta de la compra, y no digamos la dichosa luz y la gasolina. Vamos a terminar viviendo con velas y viajando en carruajes con mulas, o montados en un burro. Yo ya le he pedido a los Reyes Magos dos cosas: una bicicleta y que Sánchez se retire a Venezuela o Cuba "sine die" de la mano de su amiguito Zapatero. ¡Qué desgracia, Señor!

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso