Antes de que naciera Camilo Michel, el hijo que tuvo con Camilo Sesto que en las últimas semanas fue internado gravemente en una clínica para desintoxicarlo de sus excesos, Lourdes Ornelas sufrió un aborto del niño que esperaba de esa misma relación con el cantante alcoyano. Así lo ha reconocido en la entrevista que Vanity Fair publicó en el número del pasado noviembre, junto a otras confidencias.
Parte de lo que contaba Lourdes Ornelas era conocido por mí y así lo publiqué en su momento, callando ciertos detalles. Recupero aquel lejano reportaje porque la situación actual de quien fuera ocasional compañera de Camilo Sesto ha recobrado interés informativo. La conocí cuando me fue presentada como secretaria del creador de "Algo de mí", en la oficina que había montado con su representante, que llevaba el nombre de Olimac (Camilo al revés). El avispado Manolo Sánchez, su mánager, estaba al tanto de la intimidad, idas y venidas del intérprete a México, desde donde llegó a traerse a Madrid a su hijo sin el consentimiento de la madre. Jurídicamente eso podía calificarse perfectamente de secuestro.
Tenía la mexicana sólo diecisiete años cuando conoció a Camilo Sesto, de veintinueve. El año 1973. Era el primer viaje de éste al país azteca. Entonces, Lourdes Ornelas, joven de condición modesta, trabajaba como asistente de la cantante Lucía Méndez, muy popular en México. Lucia y Camilo estaban anunciados en el mismo programa de televisión: él no gozaba aún de la notoriedad que después tuvo. A partir de entonces Lourdes frecuentó la amistad con Camilo y al año de su primer encuentro se quedó embarazada. Ella ha confesado que hasta entonces no había mantenido relaciones sexuales con ningún varón. Siempre según su testimonio, acudió a Los Ángeles a comunicarle a Camilo la buena nueva. Pero él, sorprendido por ello, le sugirió lo mismo que algunos componentes de su equipo, que abortara. Lo que sucedió en una clínica de aquella capital. Hubiera sido el primer hijo del cantante, quien no quería complicarse la vida como le hizo saber a Lourdes.
Lucía Méndez volvió a acoger a Lourdes, aconsejándola que dado el comportamiento de Camilo, lo mejor para ella es que no volviera a verlo más ni tener contacto alguno con él. Pero resultó que Lourdes se había enamorado de Camilo y, a los seis meses de haber dado a luz accedió a verlo de nuevo. Y él la convenció para que viajara a España y comenzara a trabajar a su lado.
Lourdes Ornelas llegó a Madrid con su viaje pagado desde México. Y acompañó a Camilo en sus viajes profesionales. Su cometido se extendía a prepararle la ropa y aconsejarle detalles para que saliera al escenario hecho un pincel. Ella lo quería pero nunca escuchó en boca del cantante alguna declaración de amor parecida. Se supone que se acostaron más de una vez. No vamos a entrar si Camilo estaba realmente convencido de su papel en aquella relación. En la prensa rosa se había alimentado la especie de que sexualmente tenía predilecciones con hombres; el caso es que públicamente no se le conoció ninguno. Era discretísimo. Y si era sí lo cierto es que lo quiso disimular, cuando se sabe que estuvo enamorado, finales de los años 60, de la cantante italiana Laura Cassale y también de Rosetta Arbex, hermana del compositor Fernando, de Los Brincos, a la que dedicó una romántica canción. Con Andrea Bronston, componente de su trío vocal, estuvo relacionado un tiempo.
Tenía Lourdes Ornelas veinticinco años cuando en ese peregrinaje detrás de Camilo, con el consentimiento de éste y dando la apariencia de ser una "groupie", volvió a quedarse embarazada. Esta vez se negó a abortar. Quiso que el niño naciera en México. Como así fue: el 24 de noviembre de 1983, en la localidad de Santa María de la Ribera, inscrito en el Registro Civil del Departamento del Distrito Federal con los nombres de Camilo Michel y los apellidos de la madre, Ornelas Soto.
Lourdes se ocupó de criar a aquella criatura, sin que Camilo Sesto diera señales de vida. Hasta que a los cuatro meses quiso conocer al bebé. Se quedó prendado del niño, físicamente muy parecido a él. Viajó el artista varias veces a México, entusiasmado con tener a su hijo en brazos. Para no hacer largo este capítulo, digamos que casi un año más tarde del nacimiento de Camilín, entre los abogados de una y otra parte llegaron al acuerdo con el cantante para que éste reconociera legalmente al niño. El documento extendido con fecha 24 de septiembre de 1984 en el despacho del notario madrileño Juan José Gil García el pequeño pasó a ser registrado como Camilo Michel Blanes Ornelas, apellidos del padre y de la madre. (El intérprete se llamaba realmente Camilo Blanes Cortés). Es muy posible que Camilo y Lourdes firmaran también un compromiso, mediante la recepción por parte de ella de una determinada compensación económica para que renunciara a tener consigo al hijo.
Lourdes Ornelas fue invitada por Camilo a vivir en el chalé de éste, a veintiocho kilómetros de Madrid, en la localidad de Torrelodones. Allí había pasado ya anteriormente varias temporadas. El niño era centro de atención del cantante a todas horas. Camilo era un padrazo. Pero a Lourdes, el artista le hacía poco caso. Ésta, aburrida, se marchó a México con su hijo. Y cuando más tranquila se encontraba en su país Camilo apareció de repente, alegando que echaba de menos la presencia de Camilín. Y en un descuido de Lourdes tomó al niño, que ya tenía seis años, y se embarcó con él en un avión con destino Madrid. Lo raptó. Y Lourdes ya nunca lo recuperó.
El hijo de Camilo creció junto a su padre en el chalé de Torrelodones. Una hermana del cantante, Consuelo, lo tuvo bajo su custodia. También vivía temporadas en Alcoy, lugar de residencia de la abuela paterna del pequeño. Pasó una temporada en un internado de Londres. Aprendió un inglés perfecto. Luego, coincidiendo con una época en la que Camilo Sesto se retiró momentáneamente de la canción, se fue a vivir a Miami, donde disponía de una gran mansión. Y con él se llevó a Camilín, que pasó allí cuatro años. El chico cumplió los dieciocho años, su mayoría de edad. Su padre ya se desentendió de él. Y entonces Lourdes, su madre, se lo llevó consigo de nuevo a México. Le costó atraerlo hacia ella, pues ya mostraba signos de rebeldía e independencia. Era un muchacho despegado del amor maternal. Se interesó por la canción y llegó a grabar un par de discos. Su progenitor lo apoyó entonces, llegando a actuar juntos en un canal de televisión mexicano. Camilo, no obstante, hacía tiempo que se había percatado de que su hijo andaba escaso de voluntad y se dejaba llevar por una vida fácil a merced de las drogas. Pero lo dejó en manos de su madre que tampoco "hizo carrera de él".
Nada se sabía de Camilo Jr. Cuando murió Camilo Sesto madre e hijo querían asistir a su entierro. Alguien pagó sus billetes de avión, parece que con la idea de conseguir un reportaje. Y entonces Lourdes Ornelas confió a unos abogados las gestiones para determinar la herencia de Camilo, que sin duda le correspondía a su hijo. La madre quedaba descartada. Hacía tiempo que no tenía relación alguna con el cantante. Se ha sabido que tal herencia podía ascender a ocho millones de euros. Dado el comportamiento del heredero empezando a dilapidar esa fortuna, su madre trata de encauzar su futuro, recomendándole que deje unas amistades peligrosas que podrían llevarlo a la ruina y a un final dramático. Por su cuenta, Lourdes no sólo se dedica a administrar, si le es posible, el legado de Camilo Sesto e incluso a estar al corriente del mausoleo y el museo que están proyectados en Alcoy, la patria chica de Camilo, cuyas cenizas él, al parecer, dejó dicho que fueran enterradas junto a las de sus padres. El futuro de Lourdes Ornelas está ahora unido a lo que le depare el destino a su hijo, con esos millones en juego.