Winona Ryder fue en la década de los 90 una de las estrellas cinematográficas más admiradas por la juventud norteamericana. Esa estela de popularidad sin duda se expandió también en Europa. Luego, su carrera ha sido muy irregular. Pero su pasado aún le concede crédito siquiera por haber protagonizado películas para el recuerdo, como La edad de la inocencia, Bitelchus, Mujercitas, Eduardo Manostijeras y Drácula. En aquellos años, finales del pasado siglo, venía a ser un símbolo de rebeldía y modernidad, con síntomas de pertenecer a "la generación X", como había sido etiquetada decenas atrás por el mítico reportero Robert Capa. Se caracterizaba también por vivir al día, romper con una sociedad conservadora, y significarse por las nuevas tendencias, en las costumbres, los avances tecnológicos, la ruptura con el ayer, interesándose por la cultura del momento. Winona vino a ser entonces una especie de musa para la gente joven, que seguía sus peripecias por las revistas en las que ella contaba sus aventuras.
Cincuenta años cumplió el pasado 29 de octubre Winona Laura Horowitz. Su historial amoroso es amplio: cambiaba de novio con facilidad. Reconocería que el gran amor de su vida, con el que estuvo a punto de casarse fue Johnny Depp, con quien se llevaba de maravilla, coincidiendo ambos en sus excentricidades. Poco les importaba vestir de cualquier manera y saltarse las normas sociales. Ella contaba dieciocho años, y veintiseis él cuando empezó su idilio, que les duró tres años. No dudó Johnny en expresar públicamente la atracción que ella le despertaba, lo que quiso refrendar tatuándose esta leyenda: "Winona forever". Cuando tarifaron, él volvió a que alteraran la mitad del tatuaje. El nuevo rezaba "Wino forever"; es decir, borracho para siempre. Pasado un tiempo Winona declaró que Depp fue el hombre al que más quiso en su vida. Arrepentida por no haberle pedido que fueran marido y mujer. Lo de los papeles de por medio era lo de menos, dada la idiosincrasia de ambos.
Otro amor, tal vez menos apasionado, es el que sostuvo con Keanu Reeves. Fueron pareja de cine en cuatro películas. La primera, una versión de las muchas que se han llevado al cine sobre la novela de Bram Stocker, que manipula la figura de Vlad El Empalador, un siniestro personaje que tenía su castillo en un paraje de Rumanía. Visité ese lugar con ocasión de un viaje a Bucarest. El relato del escritor anglosajón es pura ficción, pero despertó siempre la curiosidad de sus millones de lectores como después su secuela cinematográfica.
La sensualidad de Winona Ryder quedó más que explícita en esa versión dirigida por Francis Ford Coppola en 1992. En el transcurso del rodaje se produjo una situación grotesca que sus protagonistas, Winona y Keanu, ignoraron. Resultó que en la secuencia de la boda, ajenos a ellos, la ceremonia fue impartida por un sacerdote rumano de verdad, y no un actor. Francis Ford Coppola estaba en el secreto. Y cuando lo creyó oportuno confesó a los novios de la historia que estaban casados. Tanto es así que lo contaron a los periodistas y ella siempre ha llamado "marido" a su colega. Keanu le seguía la corriente. No obstante la broma, muchos medios informativos dieron credibilidad a lo sucedido, al punto que Winona llegó a creerse de verdad que había estrenado matrimonio.
Aparte de lo contado sobre Johnny Depp y Keanu Reeves, Winona ha sido pródiga en amores. Todos sus novios eran actores, o sobre todo músicos y cantantes, y algún director cinemtográfico. Omito sus identidades al ser desconocidos por estos pagos. Salvo Matt Damon, estupendo actor que fue su pareja entre 1998 y 2000, presentados por Gwynett Paltrow. En 2011 conoció al diseñador de moda Scott Mackinlay Hahn. Desde entonces viven juntos y no han dicho nunca que vayan a casarse. Quizás es que Winona sigue creyendo que está casada con Keanu.
La carrera cinematográfica de Winona Ryder ya dijimos que ha sido muy desigual, pero últimamente ha recuperado parte de la popularidad perdida gracias a una serie de televisión. Atrás queda una sombra en su vida, en momentos de depresión. Fue cuando en diciembre de hace veinte años fue arrestada por robo en una tienda de Beverly Hills, en Los Ángeles. Como el episodio ya se contó en su día, lo concluimos con la pena que hubo de afrontar: una elevada multa, sentenciada además a tres años de libertad condicional. Tuvo que seguir un tratamiento psicológico del que se recuperó afortunadamente.