Rocío Flores volvió este viernes a su puesto de trabajo como colaboradora de El programa de Ana Rosa tras más de una semana de incesantes rumores sobre la supuesta separación de Antonio David Flores y Olga Moreno. Muy seria y en ocasiones al borde del llanto, Rocío se negó a responder cualquier pregunta sobre este asunto ya que, en su opinión, corresponde al matrimonio pronunciarse. "Me vais a perdonar pero es una cosa que es de ellos. Voy a seguir respetando la decisión que ellos tomen y me voy a mantener así puesto que no soy quien para confirmar ni desmentir", respondió la joven cuando Joaquín Prat le preguntó por el supuesto divorcio.
Después de ver a su hija sufriendo en el plató, Antonio David decidió bajar a hablar con la prensa para dar la cara tras nueve días de silencio. Tras su intervención, Rocío se vino abajo y rompió a llorar desconsolada. "Yo ya solo voy a decir una cosa, y es que todos esos que estaban diciendo que mi padre no quería pronunciarse por motivos económicos, ahí lo tenéis, hablando gratis", exclamó entre lágrimas.
La hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores es consciente de que es el trabajo de sus compañeros preguntarle, pero insistió en que no es su responsabilidad aclarar la situación por la que pasa su padre. La cara de tristeza de Rocío ante las preguntas del presentador dejan claro que su familia no pasa por el mejor momento, pero no de ahora, sino "desde hace un año". Tan solo aprovechó para terminar con las especulaciones sobre el paradero de Antonio David, que "obviamente" aún está en el domicilio conyugal con Olga.
En los últimos días se ha hablado de que todo lo sucedido en el último año —desde el estreno de la docuserie de Rocío Carrasco— ha pasado factura a la pareja. "Yo lo único que sé es que, ante todo, somos una familia. Independientemente de lo que pase con un matrimonio, vamos a seguir siéndolo. Lo hemos sido siempre. Indiscutible", dijo.
Sobre la hipótesis de que Antonio David guarda silencio porque se trata de una estrategia marcada por los abogados y su situación como "víctima de acoso mediático", Rocío se sorprendió. "Madre mía... Es surrealista. Igual que un montón de cosas son surrealistas desde hace tiempo".
La colaboradora confesó que ha hablado con su padre y Olga sobre esto, pero no quiso desvelar qué les dijo exactamente. "Yo tengo 25 años y ellos 45. Llevan 20 años juntos y yo no tengo la misma experiencia ni una varita mágica. Ojalá la tuviera", aseguró. "Llevo un año dando la cara cuando de mí se ha dicho lo más grande. Es mi puesto de trabajo y entiendo que tengo que venir y dar la cara", sentenció.