Santiago Pedraz se enfada con la prensa tras su posado a toda página en ¡Hola!
El magistrado ha marcado distancia con la prensa al ser preguntado por las críticas recibidas por la exclusiva ofrecida a una revista del corazón.
La relación entre Esther Doña y Santiago Pedraz siempre ha sido objeto de polémica para muchos. Han sido varias las críticas y las quejas que ha recibido el magistrado por la alta exposición de su vida personal, algo que no estaría bien visto entre sus jefes y compañeros de profesión.
Por si fueran poco las numerosas fotografías y vídeos acaramelados publicados de la pareja, los enamorados se lanzaron a dar una exclusiva a ¡Hola!, la revista más importante de la crónica social, un hecho que generó cierto revuelo y asombro en el lugar de trabajo de Pedraz, la Audiencia Nacional, donde parece que no se ha visto con buenos ojos el exhaustivo reportaje que el juez ha concedido junto a su novia, con el propósito de gritar su amor a los cuatro vientos y confesar lo ilusionados y felices que se encuentran.
Pedraz reapareció públicamente esta semana y lo hizo en la entrega de los X Premios Acijur, un acto al que acudió en calidad de profesional de la justicia. Allí se codeó con un gran número de compañeros que, lejos de querer causar incomodidad en Pedraz, le acogieron con cercanía y amabilidad, pero también se vio las caras con altos cargos como la ministra de Justicia, Pilar Llop; el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena; y con el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, entre otras autoridades y personalidades del mundo jurídico y periodístico, quizá los causantes de la discreción, de la seriedad y de la formalidad del magistrado durante todo el acto.
Poco antes de la una del mediodía, el juez llegó a la sede del Instituto Francés de Madrid. Lo hizo acompañado y reacio a confesar su manera de afrontar la repercusión de su entrevista con la viuda del marqués de Griñón. Así, ignorando a la prensa por completo, se reunió con los conocidos presentes para charlar de manera cercana, aunque reservada, y para acceder al auditorio junto a ellos, pocos minutos después de su llegada. Una vez dentro, el juez tomó asiento visiblemente dispuesto a prestar atención a todo lo tratado en la ceremonia, aunque, en un momento dado, decidió recurrir a su teléfono móvil, quién sabe, quizá para intercambiarse mensajes con su inseparable Esther Doña.
Se desprendió del dispositivo electrónico para aplaudir a los premiados y, una vez finalizado el acto, abandonó el espacio en la misma actitud que adoptó a su llegada, prudente, reservado y marcando una apreciable distancia con la prensa, a quien se atrevió a dirigirse para mostrar su descontento y malestar: "Mire, por favor, que no", respondió cuando le preguntaron por la exposición de su vida privada.
No ha sido hasta esta semana cuando hemos podido comprobar la capacidad de Santiago Pedraz de marcar una distancia abismal entre su vida personal y la laboral, aunque quizás este sorprendente comportamiento haya sido provocado por un nuevo toque de atención de sus superiores. Sea como fuere, parece que el juez no piensa renunciar a su nueva ilusión, una mujer que consigue mostrar públicamente el lado más divertido y desenfadado del tímido y circunspecto magistrado.
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