Kiko Rivera volvió el pasado miércoles a Cantora para reunirse con su madre y despedirse de su abuela doña Ana, fallecida en la noche del martes. En un mensaje que hizo llegar a Kiko Hernández, el Dj anunció su intención de regresar de La Graciosa y de dejar de lado los problemas con Isabel Pantoja en este difícil momento: "He tomado la decisión porque no puedo estar aquí. Hoy se me ha muerto mi abuela pero a mi madre se le ha muerto su madre. Voy a ir a Cantora, independientemente de si mi abuela está incinerada o no. Si me dejan pasar, le daré un abrazo a mi madre y me iré. Y si no, me iré igualmente. Creo que es el momento de apartar ciertas cosas".
El hijo mayor de Isabel Pantoja llegó en coche acompañado de Manuel Cortés y tuvieron que esperar unos minutos hasta que les abrieron la valla. Kiko se bajó del coche para saludar con un abrazo a la persona que bajó a abrirles y entró a la finca para reunirse con su madre, con la que estuvo tres largas horas.
Pocos minutos después de la llegada de Kiko, llegaron en otro coche Isa Pantoja y Anabel. La hija de Bernardo Pantoja, sentada en el asiento del copiloto, se tapó la cara con la mano para ocultar el duro momento que está viviendo. En la cara de Isa Pantoja, sentada detrás de su prima, se notaban los signos de cansancio y de tristeza.
Los restos mortales de doña Ana Martín partieron alrededor de las siete de la tarde desde Cantora rumbo al tanatorio de Jerez de la Frontera, en Cádiz, donde fue incinerada. Agustín Pantoja, muy afectado, salió en un vehículo blanco tras al coche fúnebre para acompañar a su madre en su último viaje. Allí les esperaba Bernardo junto a su mujer Junko. Sobre las 11 de la noche Agustín abandonó el tanatorio llevando las cenizas de su madre. Isabel Pantoja no ha estado presente y optó por quedarse en Cantora.