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Salma Hayek, una multimillonaria enamorada

Salma Hayek es una de las actrices más ricas del mundo, puede decir bien alto que la vida la ha tratado, al fin, maravillosamente.

Salma Hayek es una de las actrices más ricas del mundo, puede decir bien alto que la vida la ha tratado, al fin, maravillosamente.
Salma Hayek | Cordon Press

Este pasado 2 de agosto Salma Hayek cumplió cincuenta y cinco años, que no representa, por su exuberante físico. Es una de las actrices mexicanas con sello internacional, desposada con un multimillonario. "No me casé por dinero. Mi marido y yo estamos muy enamorados". Suelen decir eso las esposas de maridos forrados de pasta. Pero ¿cómo averiguar si dicen o no la verdad? Y en el caso de Salma, ya había tenido experiencias amorosas que no terminaron felizmente. Y además pasó por cierto trauma con el justamente vilipendiado Harvey Weinstein, que la amenazó con acabar con su carrera. Hoy, es una de las actrices más ricas del mundo, puede decir bien alto que la vida la ha tratado, al fin, maravillosamente.

Salma significa en árabe paz, calma. Su padre era de origen libanés y su madre, descendiente de españoles. Su popularidad la debe en México a la proliferación de telenovelas en las que intervino. Ha sido también modelo, cantante y ahora actriz y productora cinematográfica. Con Antonio Banderas formó una pareja estupenda en el filme Desperado. Se llevan muy bien. También es muy amiga de Penélope Cruz, con quien coincidió en otra película. Lo que no acabamos de comprender es cómo fue elegida para dar vida en la pantalla a la pintora Frida Kahlo, toda una leyenda en México, cuyo rostro no era precisamente parecido al de la guapa Salma Hayek, en el que destacaba un ostensible bigote que nunca quiso eliminar. Por lo visto a su marido, el pintor Diego Rivera (que le ponía los cuernos al tres por dos) le gustaba esa pilosidad, como un aliciente sexual "que le ponía".

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Salma Hayek | Instagram

La carrera artística de Salma comenzó en 1988. Dio un salto desde México a Los Ángeles y en Hollywood fue pronto solicitada, a menudo en papeles de latina, por la singularidad de sus rasgos físicos. Allí se fijó en ella quien era todo un magnate del cine, el ya citado Harvey Weinstein quien como hacía a menudo quiso "llevársela al huerto" a las primeras de cambio. Como quiera que ella se negó, el tipo le dedicó toda una serie de insultos con la amenaza de romperle las rodillas. Ocurrió una secuencia en la película que Salma rodaba junto a Ashley Judd, la atractiva estrella de color. El productor quería que ambas se desnudaran para rodar una escena lésbica. La mexicana se puso a llorar, pues no aceptaba que su papel derivara en algo así. Y ahí es cuando Weinstein la atacó con dureza. Ella se defendió como pudo. Y en pleno debate sobre el movimiento feminista en defensa de las actrices, el MeToo, dirigió una carta al New York Times, donde puso como hoja de perejil al hoy ya miserable Harvey Weinstein, purgando sus continuos abusos sexuales.

Antes de casarse Salma Hayek tuvo varios novios. Uno de ellos, el actor Edward Atterton, con el que en 1997 rodó una versión moderna del clásico El jorobado de Nôtre Dame. Dos años les duró la convivencia. Seguidamente, otro Edward acaparó el corazón apasionado de Salma, apellidado Norton, de notable carrera en la pantalla, que fue su compañero en Frida. En 2003, tras cuatro años de idilio, se dijeron adiós. No ha sido nunca ella favorable a airear sus sentimientos, por lo que los periodistas que se interesaban por su vida íntima a duras penas pudieron estar al tanto de sus correrías amorosas. Otro actor en su vida, bastante más joven, Josh Lucas, se emparejó con Salma entre 2003 y 2004. Y también estuvo en los brazos de Luís Miguel, su paisano, que debe tener una agenda de teléfonos femeninos incalculable. No encontraba la actriz el hombre capaz de mantener a su lado una larga convivencia. Pero llegó el día en el que la mexicana quedó convencida de haberlo encontrado.

Sucedió en Venecia, donde Salma acudió al Palacio Grassi para contemplar una exposición. Y allí estaba él, su futuro enamorado, perteneciente a la familia propietaria del lugar: François-Henri Pinault. Comprometidos desde 2007 se casaron civilmente en 2008 en París. De pronto, anunciaron su ruptura. Pero recapacitaron y decidieron casarse esta vez por la iglesia, en Venecia, el año 2009. Desde entonces no han vuelto a separarse. Tienen una hija, Valentina Paloma. Y pese a la vida de multimillonaria que lleva, Salma Hayek no quiere dejar el cine. En abril rodó su última película, House of Gucci, dirigida por Ridley Scott.

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