Dentro de poco nos machacarán con lo feminista que era Lola Flores. En cuanto empiece a circular el documental Lola (Movistar+, 28 de octubre). Qué mujer tan moderna y valiente. Adelantada a su tiempo. Esas cosas. Como si no supiéramos que las folclóricas en general han sido las mujeres más libres de España en tiempos en los que a algunos les parece que no se podía ser libre. Como si ir a la Granja el 18 de julio te impidiera hacer lo que te diera la gana. Y quien dice Lola Flores dice Marujita. Y muchas más. Tendrá gracia que nos vengan a hablar de Lola Flores como si fuera un secreto en España. Como si ella misma no se hubiera contado. Saul Bellow le dijo a un biógrafo: "¿Qué es lo que puedes revelar sobre mí que yo no haya revelado ya"? Y en vísperas de que se descubra el Mediterráneo estábamos cuando han ‘cancelado’ a Lolita. Todo lo que cuatro gatos malhumorados pueden cancelar a Lolita. Te vas de Twitter y ya está. Como ha hecho harta de tanto botarate.
Fue Lolita a La Sexta Noche a promocionar la obra Llévame hasta el cielo e Hilario Pino le preguntó: "¿Eres feminista?". Y ella: "No, soy un ser humano, soy una mujer, me considero muy mujer. No me gusta la denigración ni a un hombre ni a una mujer". Y a partir de ahí, los partidarios de la limpieza de sangre y el lenguaje se tiraron a degüello. Unos dando explicaciones bienintencionadas a una pobre ignorante. Otros poniéndola verde. "¿La gente es tonta? Que escuchen bien lo que dije sobre el feminismo y el machismo, no me gusta nada lo que acaba en "'ismo'. Defiendo a la mujer porque lo soy, porque soy madre y hermana tía y sobrina nieta y tía y, sobre todo, porque nos matan. ¿Por qué tengo que tener una etiqueta?", escribió ella cuando se vio el percal. Hasta que se hartó: "Me voy de Twitter para siempre, no estoy para aguantar impertinencias, no sois jueces, y lo siento por los demás, pero no estoy para que me juzguen. Seguid criticando, que debe de ser vuestra profesión. Adiós, hasta nunca".
Paula Echevarría también cayó en la trampa para osos de decir que no era "ni feminista ni machista". La gente se toma eso como lo de que uno no es "ni de derechas ni de izquierdas". Meses después, pasada la tormenta seguía pensando lo mismo. A Dolly Parton también se lo suelen preguntar y ella pone de los nervios a los cristianos viejos. Que no se etiqueta, que está orgullosa de ser una mujer en el negocio de la música. Pedir el carnet de feminista a Dolly Parton es de ser muy ceporro. Que se cachondea con que fue la primera en quemar su sujetador. Y con que los bomberos estuvieron cuatro días apagándolo.
Lo que va a pasar con Lola Flores lleva un tiempo pasando con Rocío Jurado. Se lleva difundiendo de manera machacona su discurso feminista porque alguna joven descubrió documentos nada inéditos, unos de los que nos acordamos perfectamente, pero ya saben, si ellos no los conocen es que no existen. Adanismo. Se pillan entrevistas en TVE y cuando a Rocío Jurado le preguntan su talla de sujetador (una mujer), suelta: "El único sujetador que me importa es el mental, el que tú te tenías que poner para no hacerme esa pregunta". Ooooh. Y, sobre todo: "Soy feminista, no soy detractora del hombre para nada, soy defensora de los derechos de la mujer, que es diferente". ¿Cree alguien de verdad que eso es diferente de lo de Lolita? Lo que pasa es que en tiempos de Lolita hay un feminismo excluyente e identitario que no tiene por qué gustar a todo el mundo. El error es creer que el feminismo es eso, y se entiende que Lolita, por ejemplo, no esté en semejantes mandangas, no quiera estar en esa mandanga. ¿Qué habría dicho hoy Rocío Jurado? Pues no lo sabemos, pero lo podemos imaginar. Y que haya tenido que salir Lolita en un vídeo explicando que claro que es feminista y muchas cosas más. Que quizá se explicó mal. No, el problema está en los receptores con orejeras de burro.
Hoy puede parecer increíble si no tienes memoria o lecturas, pero en los 80 feminista era una palabra sin atractivo y pasada de moda. Susan Sarandon prefería llamarse humanista a feminista. "Resulta menos alienante para gente que considera el feminismo como un reducto lleno de zorras estridentes". Ahora el reducto lleno de zorras estridentes (incluyendo aliados) es el de la ortodoxia chiflada que no admite que no seas lo que tienes que ser. Y no sólo serlo sino llamártelo.