Una vez firmado el divorcio, Enrique Ponce y Paloma Cuevas se disponen a darle la puntilla a su querida finca Cetrina. Pero antes tendrá lugar una última gran fiesta: la comunión familiar de Bianca, la hija pequeña del finiquitado matrimonio.
La que fuera residencia familiar de Paloma Cuevas y Enrique Ponce es una costosa y extensa propiedad muy difícil de vender, plagada de recuerdos sentimentales para la expareja. Pero según contó Diego Arrabal en Viva la vida, ha llegado el momento de deshacerse de la propiedad.
Ubicada en Navas de San Juan (Jaén), aquí está el gran pabellón de caza de Enrique Ponce, que en su momento fue uno de los grandes impedimentos para el divorcio de Paloma Cuevas. Eso y un "palacio en medio de la nada", tal y como dijo Arrabal, refiriéndose a esta construcción de tres pisos y 1.200 metros cuadrados.
Según el paparazzi, ya hay un grupo inversor interesado en Cetrina. Marisa Martín Blázquez lo certificó, asegurando que se valora en "muchos millones de euros".
No se trató de la única información de esta pareja que se dio en el programa. Makoke aseguró también que Paloma Cuevas estaba por fin "ilusionada" con una nueva persona cuyo nombre, de momento, no ha trascendido.