Tras el hashtag #CarlotaHundeSalvame y la revelación de los mediocres datos de audiencia del programa durante las últimas semanas, muchos aseguran que el activismo de su presentadora, Carlota Corredera, en el drama contra el patriarcado de Rocío Carrasco tienen gran parte de culpa. Muchos anunciantes podrían plantearse si les conviene que su marca se asocie a la imagen a un perfil que genera tanta polémica, algo que seguro preocupa a los directivos de Mediaset, que recuerdan los antecedentes de La Noria o Gran Hermano.
La presentadora ya era percibida como una persona soberbia por una parte de la audiencia. Además, su credibilidad quedó muy maltrecha después de publicar el libro "Tú también puedes: Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud" en el que se permitía dar consejos sobre nutrición y vida sana. La realidad es que apenas dos años después de publicar el libro ha recuperado todo el peso perdido y es que lejos de ser un ejemplo de vida saludable, su pérdida de peso se debió a una dieta milagro, a base de batidos y barritas energéticas con su consiguiente y tan elocuente en este caso efecto rebote.
Esta semana la propia presentadora reconoció estar "desgastada" también en lo personal tras un verano de enfrentamientos en plató que trascendían el corazón y se deslizaban, poco a poco, hacia lo personal. Los datos de audiencia, en todo caso, no engañan, y la única solución de la productora y la cadena parece ser empujar ese mismo tren hacia delante con el estreno de la segunda entrega de Rocío, dedicada en esta ocasión a destruir la figura de Ortega Cano, entre otros.
Pese a todo y al evidente distanciamiento de la audiencia con la labor ideológica de Corredera manifestada en redes sociales a modo de última muesca de ese desacuerdo, la presentadora sigue en sus trece. Hasta el punto de que el jueves, el mismo día que tenían lugar estas severas críticas en la red, decidió arremeter contra sus críticos —que tildó de meros "machistas" el día anterior— con nuevas y febriles palabras.
"Rocío Carrasco ha contado lo que tenía que contar, ha contado su verdad, la ha demostrado. Presunción de inocencia de Antonio David, sí. Hay una condena y una sentencia que vendría a reconocer que hay violencia vicaria, sí. Ya está, quien no se la quiera creer, adelante, quien no quiera entender por qué no tiene relación con sus hijos, adelante", dijo adentrándose de nuevo en territorio peligroso. "Rocío ya se ha explicado. Estamos en otra fase, en otra pantalla del videojuego", dijo, menospreciando con un "ya está" las decisiones judiciales que frenaron la venganza de la hija de Rocío Jurado en los tribunales, pero que por fin ha podido materializar en plató gracias a figuras como Carlota Corredera.
Y, a continuación, volvió a sacar de la chistera la segunda parte de su discurso, el capítulo victimista: "El foco me lo han puesto a mí, y la que se tiene que comer ahora esto, por comentarios que se han hecho aquí, en mi programa".
En los despachos de Telecinco, no obstante, quizá no cala la Justicia pero sí los resultados de audiencia, que últimamente no acompañan. Y, sobre todo, persiste el recuerdo de la fuga de anunciantes de La noria —que derivó en su cancelación— y el escándalo enterrado de la presunta violación de Carlota Prado en GH Revolution, que derivó igualmente en la decisión de poner en un largo paréntesis temporal el que hasta ese momento era el reality estrella de Telecinco, el mítico Gran Hermano. Una posterior edición, GH VIP 7, tuvo incluso que adelantar su final para evitar escándalos. Las ‘feministas’ de la cadena de Mediaset callaron entonces y hasta hoy todavía no se han pronunciado sobre el escándalo ni han manifestado ningún apoyo a Carlota Prado.
La propia concursante puso en conocimiento del público la oferta que le hizo la productora, Zeppelin, a cambio de su silencio. Una oferta de 25.000 euros y "la oportunidad de desarrollo profesional" como compensación por la supuesta violación que sufrió en la casa de Guadalix de la Sierra.
En el caso de La Noria, la entrevista de Jordi González a la madre de el Cuco, acusado en el caso del asesinato de Marta del Castillo, puso en alerta a toda la sociedad. La cadena dio minutos de "prime time" a la explicación de un suceso brutal por parte de la madre de uno de sus posibles perpetradores y más de una veintena de anunciantes comenzaron a marcharse del programa, lo que provocó su prematura cancelación.
Dos ejemplos que demuestran a la cadena que traspasar ciertas líneas puede salir caro. Nada ha impedido que juegue con eso mismo con el docudrama de Rocío Carrasco, volando por los aires la presunción de inocencia de su exmarido y aireando documentos legales para destrozar la imagen de su hija Rocío Flores, aún cuando los hechos a los que se refiere se produjeron cuando ésta era menor, saltándose así también la protección legal de los menores de edad y, en definitiva, enfrentándose directamente a la Justicia y colocándose por encima de la ley y el Estado de Derecho, en pos de una imaginaria y rentable (económica e ideológicamente) lucha contra el patriarcado que, quizá, la cadena pensó que iba a ser mejor recibida.