Cuando parecía que Anabel Pantoja tenía todo atado para su boda con Omar Sánchez, un nuevo quebradero de cabeza hace peligrar la ceremonia de los futuros novios, que ya tuvieron que aplazar el enlace debido a la pandemia. La colaboradora se enteró en Sálvame el pasado miércoles que un grupo de ecologistas quiere impedir que se case en una playa de la isla canaria de La Graciosa.
Muy molesta, Anabel aseguró que en la isla se celebran bodas todas las semanas y hay sitios habilitados para ello. "He pedido el permiso que hay que pedir al ayuntamiento de Lanzarote. Está pedido y autorizado", explicó. Además, su intención es estar 20 minutos en la playa, lo que dura la ceremonia, y pretende ser muy cuidadosa y llevar un número limitado de invitados.
"Me voy a casar igual que todo el mundo. La ceremonia va a ser en la playa, voy a tocar con mis pies con la arena. Yo respeto, y es más, comparto los temas ecologistas y la sostenibilidad. Voy a hacer lo mismo que otras personas, pero como se casa Anabel… Estoy hasta el moño del tema", añadió enfadada.
Los ecologistas aseguran que la boda de Anabel puede dañar el ecosistema en esta zona tan protegida. "En espacios de este tipo no puede ser una fiesta infinita. No destrocemos la gallina de los huevos de oro. Hay que evitar que los valores naturales y paisajísticos que justifican este tipo de eventos se deterioren más de lo que ahora mismo tienen. No podemos desentendernos de eso", aseguró en Sálvame Pedro Hernández, activista ambiental, mientras Anabel escuchaba atentamente entre lágrimas.