Atravesando uno de los momentos más dolorosos de su vida, Isabel Preysler se ha despedido de su madre, Beatriz Arrastia, en su propio domicilio. Un velatorio que se ha llevado a cabo en la más estricta intimidad en la mansión que la socialité posee en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro.
Además de su pareja Mario Vargas Llosa, y por dos de sus 5 hijos, Enrique Iglesias y Tamara Falcó, la 'reina de corazones' Isabel Preysler ha estado acompañada por algunos de sus amigos más cercanos. Un último adiós muy íntimo y lleno de paz y tranquilidad, como a su adorada progenitora le hubiera gustado.
A sus 98 años, Beatriz Arrastia era uno de los pilares fundamentales en la familia, ocupando un lugar muy especial en el corazón de todos aquellos que le conocían, que destacaban su bondad, su simpatía y un sentido del humor único. Sus nietos Chabeli, Julio José y Enrique Iglesias, Tamara Falcó y Ana Boyer, a quienes estaba muy unida, siempre han tenido un afecto especial a su abuela.
Además de familiares y amigos, que no dudaron en arropar a Isabel Preysler en estos dolorosos momentos, también varios curas - entre ellos el Padre Ángel, gran amigo de la familia - se acercaron hasta el domicilio de la socialité para oficiar una ceremonia discreta con la que despedirse de Beatriz sin grandes rituales.
Un doloroso último adiós que la filipina ha preferido vivir en la más absoluta intimidad y rodeada, tan solo, de los más cercanos.
Devastada, Isabel Preysler prefirió no abandonar su domicilio para estar presente en la incineración de los restos mortales de su madre, cuyas cenizas todavía se desconoce dónde reposarán. Como muestra de apoyo, numerosos ramos de flores llegaron durante toda la mañana del lunes a la casa de la socialité que, por el momento, no se ha dejado ver tras la dolorosa pérdida de Beatriz.