La estela musical de Los Beatles no se ha borrado, por muchos grupos que hayan surgido desde su ruptura en 1970. Sus rivales de siempre, los Rolling Stones, desde luego que les ganan en cuanto a giras y discos. Mas la nostalgia de aquellos cuatro muchachos melenudos de Liverpool no ha desaparecido, pues sus canciones, reeditadas periódicamente, los mantienen con vida, aun sabiendo que dos de sus componentes están muertos: John Lennon (asesinado en 1980) y George Harrison (fallecido en 2001). El batería Ringo Starr superó un periodo de alcoholismo, formó una banda, actuó en solitario también, aunque sus composiciones resultaron más bien mediocres. El único ex beatle que continúa en activo, con el carisma que siempre tuvo entre sus millones de admiradores, es Paul McCartney, que cumplió setenta y nueve años el pasado 18 de junio. Ha tenido una vida intensa, con diversos amores y una prole que lo ha hecho feliz.
Transcurría diciembre de 1969 cuando Los Beatles discutían acerca de su disolución. En realidad, quienes más interesados estaban en romper el cuarteto eran John Lennon y Paul McCartney, que atravesaron épocas de frecuentes encontronazos, lo que no afectaba a su producción musical. En 1970 Los Beatles se separaron. Paul y John estuvieron mucho tiempo sin hablarse, aunque poco antes de que Lennon fuera víctima de un enloquecido "fan" a las puertas de edificio Dakota de Nueva York, Paul hizo las paces con su amigo, compañero y paisano.
Paul siempre fue un hiperactivo compositor y un personaje a veces irascible. En vísperas de acabar con Los Beatles se refugió en su granja de Escocia y los medios de información dieron la falsa noticia de su muerte. Siempre quiso ser el líder del grupo. Como cantautor en solitario continuó su carrera hasta nuestros días, alternándola con sus actuaciones y discos al frente de los Wings, conjunto en el que estaba su primera esposa, Linda. La única de sus mujeres que se involucró como instrumentista y cantante.
Paul McCartney era el más guapo de Los Beatles, con un rostro aniñado, barbilampiño. Que sepamos, su primera novia se llamaba Dot Rhone. A partir de 1969 estuvieron dos años y medio juntos, a punto de casarse. Sucedió que Dot tuvo un aborto involuntario y Paul se echó atrás y la dejó. Luego, en 1963 conoció a la actriz Jane Asher con la que se fue a vivir a casa de sus padres (los de él). Dos años después ya tuvieron vivienda propia y alargaron la convivencia tres años más, tiempo en el que McCartney creó una de las más bellas baladas pop de la historia: "Yesterday". Resulta que estando tan enamorados se plantearon casarse pero Jane se enteró de que Paul la engañaba con una tal France Schwartz. Y cortaron para siempre su unión.
La verdad es que Paul prometía casarse con todas sus novias y luego se echaba para atrás o ellas le echaban en cara que les era infiel. ¡Con cuántas centenares de fans se acostarían los cuatro Beatles…! Es que se encontraban a muchas de ellas en los pasillos de sus habitaciones de hotel, o en los armarios o debajo de la cama. ¿Cómo rechazar tantas ocasiones que se les presentaban?
Linda Eastman llegó a la vida de Paul en 1969 y sería, probablemente, la mujer que más quiso éste. Para seguir a Los Beatles, que le encantaban, se convirtió en fotógrafa exclusiva del grupo. En un principio quien más le gustaba de los cuatro era John Lennon, pero tras conocerlo de cerca se desilusionó, eligiendo a Paul como su preferido. Estaba divorciada y tenía una hija, Heather, a la que McCartney, una vez que se casó en 1969, adoptó y la consideró como hija propia. La pareja tuvo otros retoños: Mary, Stella y James. A Linda le encantaba ir con Los Beatles, al lado de su esposo. Por dos razones, quizás: evitar que alguna "groupie" se sobrepasara con su marido, y sentirse muy complacida con la música del grupo, que la hacía muy feliz. Lástima que Linda muriera de cáncer de mama a los cincuenta y ocho años, dejando en Paul una perenne sombra de dolor. Aquel matrimonio había durado diecinueve años.
Una ex modelo llamada Heather Mills sería la segunda esposa legal de Paul, entre 2002 y 2008. Tuvieron una hija, Beatrice. Y la tercera y definitiva (al menos siguen juntos en la actualidad) sería Nancy Shevell, con quien contrajo matrimonio en 2011. Una neoyorquina dedicada a negocios empresariales con la que comparte su residencia en una granja de Sussex.
Paul McCartney ha tenido a lo largo de seis décadas una existencia plena de actividades relacionadas alrededor de la música pop, con un bagaje que lo sitúan entre los compositores más brillantes. Creador de una sensibilidad especial cuando escribía las letras de sus canciones. Por ejemplo, "Eleanor Rigby" se le ocurrió cuando contemplaba a una viejecita de Liverpool a la que ayudaba cuando ella salía de una tienda cargada de la compra. En este tiempo que vivimos atrapados por la pandemia, Paul no ha estado ocioso, sino componiendo nuevas canciones, grabándolas en un disco ya en el mercado, que se titula "McCartney III". Ha volcado todo su cariño en su hija Mary, autora de las fotografías que ilustran ese álbum. Esos temas son optimistas.
Paul ha vivido ya lo suyo para saber elegir y disfrutar ahora en su senectud creadora. Pasó en sus días de gloria con Los Beatles por episodios penosos, desde que Bob Dylan lo introdujera, y a sus compañeros también, en el consumo de marihuana, para luego caer en el de cocaína y otras drogas más expeditivas. Sabe que su música ha ayudado a mucha gente a no perder la esperanza. "Let it be" se considera una de sus piezas más logradas y simbólicas. Escribimos sobre un genio que a las puertas de ser octogenario no quiere jubilarse y vivir de sus elevadísimas rentas. Si su ex compañero Ringo Starr tiene una fortuna estimada en trescientos cincuenta millones de dólares, la de Paul McCartney la supera con creces. Se siente útil para seguir ilusionando a las nuevas generaciones con su música. Hoy, creemos que no abundan personajes de su talla: un genio.