El día ha llegado. Isabel Pantoja va a declarar como testigo, a petición de su hijo Kiko Rivera —con el que no mantiene ningún tipo de relación desde hace casi un año— en la demanda que el Dj ha interpuesto contra su tío Agustín Pantoja por estafa, apropiación indebida y administración desleal.
Una complicada tesitura para la tonadillera, que este jueves declarará sobre las operaciones que su hermano y mano derecha habría realizado con el dinero de Kiko tras los poderes notariales que éste, fiándose totalmente de su tío —al que consideraba un segundo padre— firmó durante la estancia en prisión de Isabel Pantoja por el Caso Malaya.
Un testimonio clave tanto para su hijo como para su hermano, que se enfrenta a una posible pena de entre 1 y 4 años de prisión si Kiko logra demostrar que cometió los delitos de los que le acusa.
Minutos antes de las 10 de la mañana Isabel y Agustín llegaron juntos a los Juzgados de Chiclana de la Frontera, demostrando su unión en estos complicados momentos para ambos. La tonadillera y su hermano, muy serios, han evitado hacer declaraciones a los numerosos medios de comunicación congregados a las puertas del juicio que enfrenta al manager y a Kiko y en el que la tonadillera declarará como testigo.
Con sus inseparables gafas de sol negras y su característica coleta, la artista no ha podido sin embargo reaccionar a las preguntas de si tiene miedo de que su hermano pueda entrar en prisión y, con ese gesto tan Pantoja, ha fulminado con la mirada al reportero que ha osado preguntar por la posible condena de Agustín.
Además, a su entrada a los juzgados un Guardia Civil le ha dicho a Isabel que no tenía por qué pasar el bolso por el escáner por lo que, al pasar por la puerta, pitó sonoramente.