José Luis Moreno ha aparecido estos días en las páginas de sucesos a causa de sus problemas con Hacienda y otros de naturaleza delictiva. A sus setenta y cuatro años, este empresario madrileño se convirtió en un magnífico ventrílocuo. Sorprendía a los periodistas cuando nos contaba que había sido un tenor de ópera afamado, a la vez que especialista en neurocirugía. Una vida intensa a la que añadía un componente familiar: se había casado tres veces y era padre de varios hijos. Nadie puso en duda esos datos, que pudieran ser fruto únicamente de la fantasía que ha dominado la personalidad artística de este personaje, hoy cuestionado por las autoridades que le persiguen y acusan por su supuesto pasado.
José Luis Rodríguez Moreno vivió de niño un ambiente idílico, soñador, entre muñecos y marionetas que fabricaba su padre, Natalio Rodríguez López, Talio, en su casa de Vicálvaro. También su madre, pianista, le insufló su amor por la música. El pequeño José Luis conoció a dos tíos suyos, que habían destacado como ventrílocuos; uno fue Wences Moreno, que triunfó en los Estados Unidos. En la década de los 80 José Luis Moreno logró que sus muñecos Monchito, Macario y Rockefeller aparecieran continuamente en los programas televisivos de variedades. Su rival era Mari Carmen pero, si bien los guiones de ella eran más divertidos, José Luis le ganaba en calidad de ventrílocuo.
Aunque las galas con esos muñecos le resultaban rentables, José Luis pasó a convertirse en empresario: fundó la compañía Miramón Mendi, incorporando en la dirección a dos sobrinos suyos con quienes comenzó a producir no sólo programas de variedades sino también comedias. José Luis Moreno dejó arrinconados sus muñecos para seguir al frente de la creación de nuevos espacios. Él mismo se convirtió en presentador de Noche de fiesta, donde aparecían estrellas veteranas del espectáculo. A la vez, era productor de series que pronto alcanzarían cifras relevantes de audiencia: Aquí no hay quien viva, La que se avecina, Escenas de matrimonio. También otros espectáculos de coplas y zarzuelas. Moreno fue empresario de Isabel Pantoja, cuando ésta atravesaba un bache profesional. Actores y cantantes le estaban muy agradecidos, aunque algunos lo atacaban como un dictador en los momentos previos al estreno. Mala fama que ha venido arrastrando, por encima de su generosidad con algunos de sus artistas favoritos.
El pasado de José Luis Moreno seguía siendo una incógnita para los periodistas. Nos aseguraba haber concluido la carrera de Medicina y el curso de especialización en neurocirugía. Repetía haber realizado intervenciones quirúrgicas en el sanatorio de La Milagrosa, donde no consta que realizara prácticas de ninguna clase. Acerca de sus amores, tampoco se cortaba un pelo. Relataba haberse enamorado de una soprano llamada Elia, que no le hacía caso. Esa decepción fue clave, según José Luis, para dedicarse unas temporadas a la medicina. Más adelante confesaba haberse casado con una mujer griega, luego con otra italiana y finalmente con otra italiana. Con todas ellas tuvo un hijo. Tres en total, claro. ¿Tenemos que creernos esas confidencias? Aunque facilitara algunas fotos con ellas, no se tienen noticias de que las presentara, por separado, en ninguna ocasión. Tampoco con esos supuestos hijos. La verdad es que ha estado siempre más cerca de los gays.
Lo que dominaba en la vida de José Luis Moreno era una obsesión por ganar más y más dinero; por convertirse en un empresario de programas de televisión bien pagados. Y él mismo, alimentado por un ego inmenso, se sintió muy feliz cuando lo reclamaron para el cine, en especial de la mano de Santiago Segura en Torrente 2, en el papel de Spinelli, un peligroso terrorista.
De vivir modestamente en el pueblo de Vicálvaro cuando era adolescente a ser propietario de una mansión en Boadilla del Monte, transcurrieron cuatro décadas. Gracias a su tenacidad, al trabajo desempeñado que ha sido una de sus virtudes, ya podía darse el gusto de vivir en su lujosa vivienda (que no era la única, pues se cree tiene una decena más de casas a su nombre) de alrededor de cinco mil metros cuadrados, con dos piscinas, gimnasio, pista de tenis y unos interiores de materiales de primera clase entre cocinas, comedores, despachos... En diciembre de 2007 siete albanokosovares entraron en esa propiedad y tras amordazar a José Luis Moreno le clavaron un hacha en la cabeza. Parece que en otra ocasión también fue objeto de un parecido asalto. La policía sospechó de alguien del entorno del ventrílocuo-empresario como autor de aquellos robos. Llegó a tener Moreno alrededor de cuatrocientas personas a su cargo. Algunos artistas (Loles León, Miguel Poveda) se quejaron de que no les pagaran lo acordado.
Personaje controvertido, José Luis Moreno ha llegado a poseer un imperio de producciones para la televisión, que a veces no pudo llevar a cabo. Por ejemplo, culpa de la crisis de 2008 y de la pandemia, cuando le fue imposible rodar una serie con Jane Seymour, que tenía apalabrada. Ese y otros proyectos le supusieron una caída importante en sus negocios: de facturar unas ganancias de ocho millones de euros anuales, pasó a embolsarse sólo tres. Y en su huida hacia adelante, contando con otros procedimientos quizás no muy legales, hoy está investigado y puede que tenga que enfrentarse a un duro castigo, económico, y quién sabe si también de privación de libertad.