Las razones personales cobran mucho peso en la marcha del toreo de Enrique Ponce. Así lo consideró Andrés Amorós en la crónica rosa de Es la mañana de Federico, en la que se analizaron las posibles razones tras esta inesperada decisión.
Inesperada… "hasta cierto punto", consideró el especialista Amorós en esRadio. "Hay que distinguir dos cosas. Nadie lo sabía, ha sido una sorpresa", explicó. La decisión de Ponce, que acaba de torear en Alicante, donde se ha hincado de rodillas haciendo un notable esfuerzo, y que en León ha salido a hombros, resulta inesperada en este contexto. Por tanto, "aquí ha tenido que pasar algo que no sabemos que es y acabaremos sabiendo".
Yo pienso en lo que vulgarmente se dice un berrinche de alguien que dice hasta aquí hemos llegado y lo dejo". Y dentro de esto existen distintas teorías: "me voy con mi novia a México, me quito de en medio una temporada (él se empeñó con mi libro que hubiera testimonios de amigos como Miguel Alemán, residente en México. Otra posibilidad es que su novia esté embarazada. Que haya habido un conflicto o con la nueva pareja o con la mujer, Paloma Cuevas, o algo concreto a la hora de firmar el divorcio o la comunión de la niña. Pero algo ha tenido que haber en su vida personal, porque nada ha habido en el mundo del toro", reflexionó Andrés Amorós.
La crónica rosa de Es la mañana de Federico especuló con alguna "anécdota personal que haya impulsado" esta decisión, a raíz de la un tanto errática conducta de Enrique Ponce en los últimos tiempos. Un torero habitualmente cercano y cordial con la prensa pero que en ocasiones se mostraba tenso, ofuscado, tanto fuera como dentro de la plaza.
Y aquí Amorós citó unas palabras de Luis Miguel Dominguín: "Todas mis cornadas tienen nombre de mujer. Y últimamente con Ponce teníamos miedo de que le cogiera el toro". Ponce estaba desconcentrado pese a su inmenso oficio, "y eso el toro lo advierte. Yo lo veía inseguro delante del toro. Hay un detalle de técnica tremendo en el que el torero se queda quieto y el toro embiste y la pierna atrás, los pies se mueven, la inseguridad se nota en los pies. Los pies bailan".
La causa, el inmenso "jaleo sentimental" en el que Ponce se ha visto atrapado. Algo que puede ser complicado en una profesión en la que te juegas la vida. "Él, con esta nueva pareja con una diferencia de edad tan grande, de cultura, gustos, amigos, le ha sacado de sus casillas habituales. Le ha puesto en una situación especial y eso el toro lo nota. Antes estaba sonriente y ahora le ves crispado, serio".
Detrás de su decisión de seguir toreando, y toreando tanto en los últimos meses, quizá unos problemas no tanto económicos como de liquidez. "Puedes tener patrimonio pero no dinero en el banco. Y un problema gravísimos a la hora d separar el patrimonio porque hay una pieza básica que es Cetrina, que es muy difícil, imposible de partir. Y Paloma para qué quiere esa finca enorme? Tiene difícil salida económica. Casi nadie en España puede comprar eso. Hay muy pocos millonarios mexicanos de ese nivel que quieran invertir tanto en toros en una finca de España. Él por esta historia se ha metido en un lío muy grande y aguantamos hasta que un día dices: ¿por qué tengo yo que pasarlo tan mal?".