Carlos Sobera se ha manifestado sobre el fin de la emisión del documental, Rocío: contar la verdad para seguir viva y el anuncio del estreno de su segunda temporada en otoño, con el título En el nombre de Rocío. El presentador de Supervivientes: tierra de nadie lleva semanas compartiendo plató con Rocío Flores y aunque su trato es "estrictamente profesional", ha vivido tensos momentos con ella detrás de las cámaras.
La nieta de Rocío Jurado ha estado en el ojo del huracán durante meses, después de las duras confesiones de su madre, algo que ha repercutido en su trabajo como colaboradora en los platós de televisión: "Es muy prudente a la hora de mojarse con ciertos temas", ha confesado Carlos Sobera.
Según el presentador, para Rocío Flores "no ha sido nada fácil" ponerse frente a las cámaras después del revuelo mediático en el que se ha visto envuelta por culpa de su madre: "En Tierra de nadie tratamos de ser muy fieles al espíritu del programa. Cuando Rocío está en plató es normal que algo se hable, pero nunca lo tratamos en profundidad, somos respetuosos. La audiencia que ve Supervivientes quiere ver Supervivientes".
Una presión de la que el presentador ha sido testigo en las pausas publicitarias, donde ha vivido momentos muy tensos con Rocío Flores: "Sí, ha sufrido más de un bajón fuera de cámaras al no soportar la presión. Las cosas le afectan, no es de piedra. Lleva algo dentro que tiene que sacar. Hubo un día que salió del plató llorando y tardó 15 minutos en regresar. Con su virtudes y sus defectos, todos tenemos sentimientos".
Aunque prefiere no mojarse en la relación entre madre e hija, Sobera tiene una clara opinión sobre la joven: "Conmigo es muy amable, muy correcta, en el programa se comporta extraordinariamente bien, es disciplinada, sabe cuál es su trabajo y sabe lo que tiene que hacer. En ese sentido ningún problema (...) Ojalá haya una reconciliación porque todos los padres queremos estar bien con nuestros hijos, pero desconozco el problema real y su dimensión".