Hace solo un año que Ana Obregón hizo frente al peor momento de su vida, la muerte de su hijo Álex Lequio a causa del cáncer que padecía. Nunca se separó de su lado, tampoco Alessandro Lequio, quien estuvo mañana, tarde y noche en el hospital junto a ella dándole todo el amor que merecía.
Este fin de semana la actriz volvió a sufrir uno de los peores días de su vida tras fallecer su madre, Ana María Obregón, el sábado. El sábado se vio a todos los familiares en piña en el tanatorio para darle el último adiós y en el posterior entierro, con la actriz de nuevo completamente destrozada.
La actriz salió del tanatorio en un vehículo conducido por una de sus hermanas y bajó la ventanilla, saludó a la prensa y les lanzó un beso para agradecer el cariño con el que la habían tratado en estos días tan complicados.
Lo cierto es que Ana Obregón siempre ha tenido muy presente el calor y el cariño de la prensa, porque ella también ha formado parte de ella, pero la generosidad que demuestra en los peores momentos es lo que la hace grande. Muestra su lado más humano y consigue conquistarnos el corazón aún cuando peor está por dentro.