Cher, la mujer sin edad, cumple 75 años
Cher aparenta muchos años menos de los que cumple realmente: 75.
Quien más quien menos, conforme pasa el tiempo, se mira al espejo, consulta el calendario y ve reflejado en su rostro las huellas inevitables de la naturaleza. Hay remedios para ocultar, disimular, retrasar esa edad que nos lleva a la vejez. La actriz-cantante Cher, que cumple setenta y cinco años, sabe mucho de esa obsesión humana. Y ella se rebela poniendo de su parte una vida sana, el deporte y desde luego su paso sistemático por las clínicas estéticas. Nadie diría, contemplándola en imágenes recientes, que tiene esa edad que en realidad ostenta. Además, hace lo posible para que ese viejo sueño de sentirse joven por dentro, no desaparezca de su mente.
Cherilyn Sarkisian La Piere es su verdadera identidad, que ella acortó en su proyección artística llamándose Cher, a secas. Lo otro era largo, poco eufónico. Nacida el 20 de mayo de 1946 en una pequeña ciudad cercana a Los Ángeles, California. De familia humilde, con una madre, Georgia Holt, que quiso triunfar como actriz sin conseguirlo. Y un padre que se fue del hogar a poco de nacer nuestra protagonista. Quien sufrió traumáticamente esa ausencia, un hogar deshecho, y la falta de recursos económicos siquiera para alimentarse. Eso obligó a su madre a ingresarla en un orfanato; luego, volvió a casarse. Y cuando Cher cumplió los dieciseis años, llevada por el impulso de cantar, como había hecho tantas veces en el colegio con el beneplácito de profesores y compañeros, se fue de casa para llegar a Los Ángeles, seguir unos cursos de interpretación y situarse poco a poco entre los aspirantes al éxito en Hollywood.
Una joven atractiva como ella no pasó inadvertida para un conquistador como Warren Beatty, que la convirtió en su amante por una breve temporada. Y cuando Cher logró un contrato para grabar el musical Wall of Sound es cuando conoció a un ya avezado intérprete de pop-folk llamado Sonny Bono. Ella era una principiante. Pero resulta que Bono precisaba de un ama de llaves y Cher se prestó a tal cometido. Pronto se encamaron. Formaron inicialmente el dúo Caesar & Cleo, que derivó después en sus auténticos nombres, Sonny and Cher. Se casaron. A los veintitrés años, Cher alumbró a su hijo Chaz, en 1969. Durante los años 60 la pareja se impuso en las listas de éxitos de folk-rock. Diez años duraría aquella unión. El divorcio fue penoso, dado que pelearon judicialmente por el reparto de bienes. Sonny Bono moriría en 1996, víctima de un accidente cuando practicaba esquí en la nieve.
Cher reanudó tanto su vida artística como sentimental. De lo primero, podemos decir que en calidad de solista su notoriedad musical no se resintió, aunque con altibajos. De lo otro, su unión con Greg Allman, de los The Alman Brother Band, fue un rotundo error. A los nueve días de casados, advertida de que su marido estaba drogándose desde que se levantaba de la cama, pidió la separación. Él la contuvo pero, aunque en 1976 tuvieron un hijo, Elijan, sólo aguantaron tres años más, hasta divorciarse. A Cher, que tuvo otros romances, no le quedaron más ganas de pasar por la vicaría.
Tras su segundo desastre matrimonial Cher estuvo cinco años retirada. Reapareció en 2008. Y hasta hoy, porque no ha dejado de grabar discos, rodar películas, actuar en espectáculos y en programas y series de televisión y mantener siempre cara al público la imagen de una mujer rompedora, defensora de los derechos femeninos, exhibiendo un impresionante físico, aun a costa de sacrificios y dinero. Cualquier mujer que se precie preocupada por su estética suele ser discreta a su alrededor sin dar detalles de las operaciones y cuidados a los que se somete. Cher no ha ocultado nunca haberse hecho liftings de cuello, bótox en el rostro, retoques en los ojos, rellenos de arrugas… En fin: toda una serie de arreglos que cualquier clínica estética, en este caso de categoría, ofrece a personalidades como Cher, que puede sufragarlos económicamente. Hace algo más de un año se difundió una imagen de ella junto a su madre, que había cumplido los noventa y cinco años. Ambas parecían hermanas. Ello llevó a que en las páginas de las revistas femeninas se planteara si tal estado físico de ambas damas era producto de la cirugía… o de la genética. Probablemente de ambas cosas, piensa uno, sin ser ducho en la materia.
Pocas actrices y cantantes de su generación se han mantenido en primer plano como ella, sin recurrir a escándalos precisamente. No deja de ser una mujer extravagante en sus vestuario y en sus presentaciones, "perfomances" donde sin pudor alguno exhibe modelos transparentes más propios de jovencitas. Pero es que a la hora de actuar no se resiente de su voz o de sus condiciones dramáticas. Logró un "Oscar" con "Hechizo de luna". Y a finales de los 90 copó las listas de éxitos musicales con "Believe". Más recientemente se subió también al carro de la popularidad con la segunda parte de "Mamma mía!", musical cinematográfico basado en las canciones del cuarteto nórdico Abba. Y hace un par de años se empeñó en cantar en español grabando un éxito del mentado grupo sueco, "Chiquitita". Todo eso ha servido para que Cher disfrute de una popularidad internacional.
Y si se ha mantenido en forma tantos años no ha descuidado sus vínculos amatorios, consecuencia de su carácter apasionado y libre, a la que no le importa emparejarse con hombres mucho más jóvenes que ella. Su romance con Tom Cruise dio lugar a que las revistas rosas les dedicaran durante una larga temporada páginas y páginas contando sus aventuras. Se habían conocido durante la boda de sus amigos Sean Penn y Madonna, en 1985. Cher le llevaba quince años. Confesaría que "Tom es uno de mis cinco mejores amantes". ¿Quiénes eran los otros? Carecemos de datos sobre la puntuación que les otorgó, pero al menos conocemos los nombres de algunos de ellos.
A saber: el guitarrista de Bon Jovi, Richie Sambora; el actor Val Kilmer; un motero llamado Tim Medvtz; el gran guitarrista Eric Clapton; el mismísimo Marlon Brando; el productor David Geffen, que luego resultó ser gay; un tal Ron Duguay; el mismísimo divo David Bowie… y un panadero, dieciocho años más joven, Rob Camilleti, que resulta, según confesión de Cher, haber sido "el único amor verdadero que tuve". En el fondo, piensa uno sabiendo cómo fue su infancia y adolescencia, que a Cher, como a tantas otras estrellas, le faltó siempre el afecto, cariño necesarios, sintiéndose en soledad y en busca de cuanto a tantos famosos y millonarios como ella les falta.
No vamos a pensar que Cher sea una hermanita de la Caridad, pues genio y carácter le sobran. Así se dio el gustazo, por ejemplo, de rechazar películas como Thelma y Louise y La guerra de los Rose. Y cuando quiso intervenir en La familia Adams no lo consiguió. En sus giras de promoción aterrizó en Madrid en 2016 cuando había grabado su disco "Living proof". En ruedas de prensa no se ha cortado nunca un pelo para declarar abiertamente lo que piensa sobre los hombres, el sexo y cualquier cosa. Concluyo con estas dos perlas: "A nadie debe importarle si me pongo las tetas a la espalda". Y esta otra: "Los hombres que prefiero deben ser como kleenex, es decir suaves, fuertes… y desechables".
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