Este miércoles, el docudrama sobre Rocío Carrasco recurrió a otra figura afín a las políticas de Igualdad de Irene Montero. Ángela Rodríguez, apodada "Pam", argumentó ante una satisfecha Carlota Corredera la agenda política del Ministerio en horario de máxima audiencia en un programa en el que la presentadora arremetió duramente contra periodistas como Ana Rosa Quintana o Beatriz Cortázar por cuestionar el testimonio de Rocío.
Rodríguez, que percibe 51.946 euros euros anuales del erario público como parte integrante de la corte de asesores de la ministra que entonó el "yo sí te creo" con Rociíto, hace esporádicas publicaciones culturales desde una perspectiva de género como la titulada "Goya aún no rima con vagina".
Pero hace apenas un lustro, antes de su triunfal paso por el ministerio como Vicepresidenta Segunda de la Comisión de Igualdad y portavoz adjunta y vocal de la Subcomisión Pacto de Estado en materia de Violencia de Género, fue denunciada por FAMMA (Federación de Asociaciones de personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid) por llamar "puta coja" a una compañera de partido con discapacidad. Lo hizo en calidad de secretaria de Coordinación e Igualdad.
Javier Font, en 2016, calificó en su denuncia de "incomprensibles" las palabras "discriminatorias" de Rodríguez hacia la entonces secretaria general de Podemos en Galicia, Carmen Santos. "Lesionan y menoscaban los derechos de las personas con discapacidad" y "evidencian" una "falta de respeto".
FAMMA y COCEMFE (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) pidieron en octubre de 2016 que se actuase con "contundencia" y pidieron la dimisión de la entonces diputada.
Rodríguez, por su parte, esgrimió la misma discriminación que ella exhibió con su compañera de partido asegurando en redes sociales que varios policías, en agosto de 2016, la trataron de forma vejatoria en el Congreso al ir a coger su acreditación como diputada.