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La muerte de Manuel Celis, el Bombero Torero que con sus enanitos hizo reír en las plazas

Manuel Celis Díez, el Bombero Torero, murió a lo s88 años de edad.

Manuel Celis Díez, el Bombero Torero, murió a lo s88 años de edad.
Efe

El reciente fallecimiento de Manuel Celis Díez, conocido como El Bombero Torero a la edad de ochenta y ocho años, nos lleva a recordarlo en las ferias taurinas de toda España cuando llenaban las plazas sobre todo de niños que, de la mano de sus padres, las pisaban por vez primera, inicio de la afición que posteriormente se desarrolló en buen número de ellos. Aquellos espectáculos partían de la presencia en el ruedo de un fornido y bigotudo sujeto disfrazado de apagafuegos, quien en compañía de un grupo de gente bajita ofrecían toda suerte de piruetas en el ruedo, y se las componían para salir airosos de la suelta de unas vaquillas, a las que toreaban como podían, entre las risotadas del público menudo. Una banda de música amenizaba cada tarde. Y en la primera parte solía celebrarse una parte seria, en la que tomaba parte en cada festejo un alevín de novillero, que aún no se había estrenado con caballos. El legendario "Manolete" se había iniciado precisamente en uno de esos festejos y con el paso de los años, eso mismo les sucedió a "Antoñete", José María Manzanares, Paco Ojeda, Ortega Cano, "Espartaco", Emilio Muñoz, Dámaso González…

El toreo bufo, que era cómo se llamaba a cada "troupe", ya se conocía en el siglo XIX, pero fue en el siguiente donde proliferron las bandas de El Empastre, Los Calderones, El Chino Torero, El Bombero Torero…En un principio, sus componentes, entre ellos Carmelo Tusquellas (que se disfrazaba de Cantinflas, lo mismo que luego haría Francisco Rodríguez, padre del actual cómico Arévalo) y Rafael Dutrús (Llapisera) se centraban más en sus evoluciones humorísticas. Fue en un pueblo valenciano cuando un ocurrente empresario dio en soltar sorpresivamente una becerra mientras la banda musical se arrancaba con un pasodoble en el centro del ruedo. Los músicos de aquella tarde, ignorando la presencia de la res, soltaron sus instrumentos para buscar refugio tras las tablas. Ese fue el inicio de esos espectáculos cómico-taurinos.

El Bombero Torero se fundó en 1948 por Pablo Celis Cuevas. Actuaba con la estupenda banda de música de Catarroja. Y su hijo, el recientemente fallecido Manuel Celis Díez, su continuador. Se hacía acompañar de un grupo de enanitos con los que hacía felices a los niños. Manuel era un hombre atlético, que daba continuamente saltos espectaculares, hacía recortes a las vaquillas y toda suerte de improvisados lances y payasadas. Actuó no sólo en toda España sino en un montón de países, y en capitales nada proclives a los toros: París, Macao, Beirut… Aunque aparentemente aquellas vaquillas que toreaba pudieran carecer de peligro, sufrió varias cornadas graves, entre 1964 y 1982, en Granada, Bogotá y México.

Los espectáculos que mencionamos recibieron también la denominación popular de charlotadas, en función de que algunos de sus protagonistas salían imitando al personaje que Charles Chaplin hizo universal. En bastantes ferias, las corridas de toros podían resultar deficitarias para los empresarios, que se recuperaban gracias precisamente a los llenos asegurados de los espectáculos bufos. Los nuevos tiempos trajeron otras modas y el Bombero Torero dejó de aparecer en los ruedos exactamente el 15 de septiembre de 2017, en la localidad manchega de Almodóvar del Campo. Así se ponía punto final a noventa y un años de historia de sus espectáculos, en los que ya, avejentado Manuel Celis Díez, había dejado el negocio en manos de dos sobrinos. Su recuerdo nos lleva a aquella infancia cuando, como decíamos, los padres llevaban de la mano a sus chiquillos a una plaza de toros.

Aquellos enanitos que iban con el Bombero Torero recibirían pocos años atrás un reconocimiento en la galardonada película, muda y en blanco y negro, de Pablo Berger, Blancanieves.

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