Rocío Flores vuelve a demostrar que no teme a nada ni a nadie. La joven, que hace unos días vio cómo su madre Rocío Carrasco exhibía públicamente la agresión que protagonizó siendo una adolescente y mostró los informes psicológicos que la definían como una niña con problemas, ha dado un paso al frente y ha compartido con sus seguidores un grupo de fotografías que hasta ahora había preferido ocultar.
La hija de Antonio David Flores ha hecho públicas una serie de imágenes de su pasado en las que se evidencia la felicidad que sentía al estar junto a su padre y Olga Moreno. Estas fotografías, tomadas en 2012, un año crucial en su vida, fueron realizadas tras dejar atrás una vida en Madrid, abandonando la casa de su madre, y mudarse definitivamente a Málaga. Al cumplir 18 años y abrir públicamente su perfil de Instagram, Rocío prefirió ocultar estas instantáneas. Sin embargo, todo lo que ha ocurrido con su madre le ha hecho cambiar de opinión y ha vuelto a presumir orgullosa de sus años de adolescente.
En una de las imágenes publicada el día 27 de julio de 2013, un año después del fatídico episodio de la nectarina, Rocío compartió una fotografía abrazada a su padre con el texto: "Te quiero, papito". En las siguientes fotografías, aparece junto a su hermana pequeña Lola, que acababa de nacer: "Al fin con ella (...) Cuando todo mi mundo se ahogaba en lo hondo, llegaste tú, justo antes de que yo tocara fondo", le dedicaba a su hermana pequeña, que llegó al mundo durante su última etapa junto a Rocío Carrasco.
En otra imagen disfruta de una velada junto a su tía Gloria Camila, hermana de su madre, y que se ha convertido en un apoyo fundamental para ella: "Qué suerte tenemos de tenernos", escribió. También posa junto a su tía Gloria Mohedano, a la que visita cada vez que tiene ocasión. "Con vosotras, más cerca de ella", escribió recordando a su abuela Rocío Jurado. Las fotografías homenaje con Rocío Jurado eran constantes en su Instagram, donde no paraba de repetir lo importante que era para ella.