Miguel Bosé regresa por sus fueros en el próximo programa de Lo de Évole. El cantante, con motivo de su cumpleaños, limpió sus redes sociales para simular comenzar de nuevo tras la enorme ola de críticas generadas a raíz de su negacionismo del coronavirus y su rechazo a las mascarillas. Pero en la entrevista que se emitirá a finales de semana en La Sexta sigue insistiendo en lo mismo.
Para empezar, el cantante niega que su madre Lucía Bosé, fallecida en marzo de 2020 en plena primera ola del virus, muriese de la covid-19. "Mi madre no se murió de covid y eso tiene que parar ya", dice convencido en un programa en el que exige desde el principio a su interlocutor, Jordi Évole, que se quite la protección de su cara porque él "no habla con gente con mascarilla". "Pero ya", insiste ante las dudas del presentador.
Bosé también asegura que nunca ha usado gel hidroalcohólico y que jamás se ha sometido a una prueba PCR. "Hay una verdad que no se sabe o no se ha querido saber porque hay un plan urdido para que no se sepa", insiste.
Además, Bosé habla largo y tendido de su vida, incluyendo sus excesos del pasado "seco a lo bestia, drogas", que paró hace siete años, coincidiendo con la llegada de sus hijos. Los mismos cuya custodia estuvo en duda en el juicio con su ex Nacho Palau, que perdió el escultor valenciano de una manera inesperada.
Bosé, en todo caso, asegura que no se ha vuelto más "conservador" sino más "lúcido". Y también explica cómo su voz va y viene, y que en ocasiones se queda casi mudo: "Ahora puedo hablar", matiza a Évole. "Bosé es un demente, un loco, un pirado pero, cuando Bosé se pasa, Miguel le para", dice sobre sí mismo.