Antonio David Flores ha llegado a Madrid para reunirse con sus abogados, con los que prácticamente vive cuando está en la capital. Su actitud al llegar a la estación del AVE ha sido beligerante contra los que le atacan; su mirada es desafiante a pesar del infierno que debe estar viviendo. Ni siquiera el tsunami social creado por el documental de Rocío Carrasco ha minado su moral.
Una fuente cercana a Antonio David me cuenta que no es una pose. En privado, se muestra firme en que esta guerra la va a ganar, asegura que Rocío Carrasco miente y tiene la confianza de poder dejarla en evidencia.
Después de unos días desaparecido, no le hemos visto ni demacrado, ni hundido. Para demostrarlo se ha quitado la mascarilla, retando a los periodistas a que dieran fe de que va a morir matando. Anuncia demandas contra todos los que han herido su honor.
Aunque lo que realmente le preocupa, según mi información, es que la causa de malos tratos archivada provisionalmente pueda reabrirse contra él gracias a nuevos testimonios que estos días afirman haber presenciado, episodios violentos, presuntamente protagonizados por él contra Rocío Carrasco. Sus abogados le dan la seguridad de que eso no va a pasar.