Dos meses después de anunciar su separación de Bertín Osborne, Fabiola Martínez ofrece su primera entrevista en la revista Hola donde habla sobre los acontecimientos y circunstancias que rodearon tan sorprendente decisión. La publicación aclara que la entrevistada no ha recibido contraprestación económica alguna, sino que lo ha hecho desinteresadamente.
"No hemos firmado el divorcio porque él quiere darme más de lo que yo quiero recibir. No quiero que me mantengan", explica a la revista, añadiendo que "no quiere tener ese vínculo de dependencia". Por eso está buscando un piso que pueda pagarse ella y le permita vivir junto a sus padres.
Según su testimonio, el confinamiento marcó el principio del fin de su matrimonio: "Nos permitió regalarnos una despedida dulce. Ahí te das cuenta de que hay cosas que fallan y que no se pueden cambiar. Si hubiéramos llegado a una situación límite, habría sufrido todo el mundo (...) No ha sido un tsunami, ha sido algo que iba pasando poco a poco y que al final dice: 'Vea dónde vamos y no me gusta'. La decisión la hemos tomado a tiempo".
Para Fabiola, lo más complicado del proceso ha sido comunicárselo a su entorno: "Una vez que lo decidimos, lo más difícil era decírselo a familia. Mi hijo Carlos me sorprendió mucho, me dijo que se lo imaginaba porque no veía que estuviéramos bien". Además, no descarta volver a enamorarse, aunque prefiere disfrutar de "ella misma" y no "rendir cuentas a nadie": "No estoy cerrada a nada, pero tampoco estoy desesperada. Me molesta que, sino tienes una pareja pegada a tu vera, no estás completa, te falta algo, y eso no es así".
Fabiola no solo habla de su divorcio también de sus nuevas ilusiones, como la de retomar sus estudios, a sus cuarenta y ocho años o la de escribir un libro de su experiencia como madre, e ir abriendo nuevas etapas en su vida. Para cerrar la anterior solo le queda firmar un divorcio atípico, porque ella reclama recibir menos de lo que Bertín, generosamente, le ofrece.