El segundo programa especial de Rocio Carrasco y el relato de su vida, incluyendo los presuntos maltratos de su ex Antonio David Flores, contó con Pilar Eyre, Marta Nebot, Kiko Hernández, Paloma García Pelayo y Ana Bernal-Triviño como la experta en violencia de género de la noche para comentar todos los momentos del documental.
Un programa que llega en medio de la polémica generada hace una semana con los dos primeros episodios: "No cuestionamos la presunción de inocencia, pero creemos lo que Rocío nos dice. Y Rocío cree en la justicia", dijo Carlota Corredera, que presentó el programa especial y quiso atajar las críticas como las recibidas la semana pasada.
Antes del comienzo del segundo episodio, centrado en el matrimonio a partir de la boda el 31 de marzo de 1996, el fotógrafo Antonio Martín Chori contó una agresión que tuvo lugar en Argentona en 1995, después del accidente de moto que sufrió la pareja. El autor de reportajes lo contó así: "Fui a recogerlos para llevarlos a rehabilitación, fuimos al hospital, estábamos allí esperando al doctor, Rocío en la camilla. Estaban hablando de sus cosas y, de repente, oigo una voz, miro, y veo que le pega un guantazo en toda la cara que te caes, coge la puerta y se va".
Chori relató más tarde lo que sucedió después de este "guantazo con alegría a la niña", del que entonces todos pensaron que era "un arrebato". "Ella se quedó descolocada totalmente, no decía nada. Fue peor cuando no apareció él, se marchó", dijo Chori a las preguntas de Carlota Corredera.
"Me arrepiento mucho de no haber actuado en aquel momento", dijo el fotógrafo, que mantenía un trato familiar de muchos años con Rocío Carrasco y que cree que Rocío Jurado no sabía de estos episodios, porque de saberlo "se lo hubiera cargado". El paparazzi lo cuenta ahora porque cree que "se lo debo a Rocío por no haberlo hecho en su momento".
La periodista Ana Bernal-Triviño habló de la "normalidad de la bofetada". "En este país la justicia es tremendamente garantista, hay un Estado de derecho que se cumple y por eso hay sentencias en las que se beneficia al maltratador. El testimonio de una mujer no lleva al hombre al calabozo, hay que tener un parte de lesiones", lamentó. "Es el punto de partida del que hay que empezar a reaccionar", dijo, denunciando la "complicidad y el silencio" de la Justicia.
"Basta ya de juzgar a las mujeres por la ropa que llevan", dijo, atacando también a mujeres que no se identifican automáticamente con las víctimas de maltrato.
Bernal-Treviño también desentrañó la "espeluznante" técnica de Antonio David a la hora de maltratar a Rocío Carrasco después de que ésta revelara un episodio en el que pilló a éste besándose en un bar con otra mujer y negarlo después atribuyéndolo a su "locura".
"Se llama luz de gas. Un maltrato psicológico que se rechaza en los tribunales, es perverso por sutil, va poco a poco poniendo en tela de juicio todo lo que digas y pienses y el resultado es que acabas sin autoestima, agotada y vacía", dijo, todo ello con "muestras de afecto intermitentes" para confundir a la persona.
Marta Nebot, actriz y columnista del diario Público, no se sonrojó al decir que Contar la verdad para seguir viva es una "serie muy importante para este país porque es de una mujer que sufre violencia psicológica. No hay estudios específicos, porque no los hay. He estado hablando con magistradas y abogadas que me han llegado a decir que no denuncien porque van a perder. Es un retrato que nos obliga a hacérnoslo mirar porque hemos sido cómplices de una época donde la torta estaba normalizada".
Además, Nebot, que también intervino en Noche Hache de Cuatro, consideró el programa "muy bonito, por lo que significa para la violencia de género en este país, un antes y un después".
La periodista Pilar Eyre fue en la misma dirección: "Ella [por Rocío Carrasco] no se da cuenta de que forma parte del colectivo de mujeres maltratadas hasta que ha visto la repercusión de la serie".