Cumplió Manuel Alejandro ochenta y ocho años el pasado 27 de febrero. Con pocas ganas de celebración: su esposa estaba ingresada en un hospital. Ha muerto este viernes 12 de marzo víctima del coronavirus. Llevaban juntos desde 1964. Una vida de novela porque la pareja no podía contraer matrimonio… al estar él ya casado.
El gran compositor jerezano se había separado de su primera esposa, Helena Gómez Estrada, con quien tuvo tres hijos. Cuando conoció a Purificación Casas Romero fue un auténtico "flechazo". Por parte suya, porque ella no movió ficha. Le costó mucho tiempo conquistarla. Mas existía entonces, en pleno régimen franquista, un contratiempo: no podían casarse, al estar legalmente prohibido el divorcio.
Las familias de ambos enamorados no concebían la unión de aquella pareja. Se utilizaba en la España de entonces el término nada agradable de "vivir amancebados". Fue la historia de muchísimos españoles, que se resignaban a pasar por la vergüenza de convivir en aquella anómala situación. Cuando tenían que resolver cuestiones administrativas se encontraban con un montón de trabas; muchísimas si tenían hijos fuera del matrimonio.
El caso de Manuel Alejandro y Purificación Casas lo resolvieron yéndose a vivir a Estoril. No le fue difícil encontrar un trabajo como pianista en algunos locales a quien iba a ser un fecundo autor de canciones, a partir de 1965, para Raphael. La nómina de artistas que después estrenaron creaciones del autor jerezano supera el medio centenar. Está considerado el más importante en el ámbito hispanoamericano, en su género de baladas románticas.
Con Purificación Casas Manuel Alejandro ha firmado un buen ramillete de títulos, ella con el seudónimo de Ana Magdalena, elección de este último en recuerdo de la segunda esposa de Joham Sebastian Bach, Anna Magdalena Wilcken. Alejandro se inspiraría en su mujer para crear las letras de muchas de sus canciones, caso de "Yo soy aquel", uno de sus primeros éxitos que Raphael defendió en el Festival de Eurovisión. Siempre contó con ella para que le diera el visto bueno final cuando sentado ante el piano iba desgranando sus novedades.
Con la firma de ambos se encuentran "Se nos rompió el amor", "Si amanece", "Ese hombre", "Como yo te amo", "Señora", "Mi amante amigo", "Algo se me fue contigo"… Quizás esta última nos sirve ahora para comprender cómo se ha sentido ahora Manuel Alejandro (aunque el contenido de esa dramática pieza la escribiera para Rocío Jurado, pensando en la muerte de la madre de ella) tras el fallecimiento de su segunda esposa, por la que tanto luchó hasta que sellaron su amor. Tenía setenta y cinco años y había alumbrado cuatro hijas.