Isabel Pantoja ha abandonado su guarida en Cantora para ir al dentista y se dejó ver el jueves por la tarde en una cafetería de Jerez con una amiga, según adelantó Sálvame Diario en exclusiva. Desde que Kiko Rivera se sentase en el especial Cantora: la herencia envenenada, no se ha vuelto a saber nada de la tonadillera, que guarda silencio refugiada en su finca con su madre Ana y su hermano Agustín.
El programa de Telecinco confirmó que Pantoja abandonó su encierro para acudir a una clínica dental y comprar un cepillo limpiador, según varios testigos. Además, también estuvo en una cafetería al lado de los juzgados tomando un café y un bollo con una amiga, algo que a su vez confirmó una trabajadora del local. La cantante no ha salido para ver a sus nietos, para hacer las paces con su hijo o para pasar tiempo con su hija, sino que ha preferido pasar tiempo con una amiga íntima.
En medio de constantes rumores de que Isabel Pantoja podría estar negociando la venta de su parte de Cantora para acabar de una vez por todas con sus problemas económicos y romper el vínculo que todavía le une a su hijo Kiko, la tonadillera sigue refugiándose en un círculo muy reducido de personas.
Así, a pesar de que la artista y su hermano Agustín estarían manteniendo conversaciones con posibles interesados en adquirir la famosa finca, Isabel continúa volcada en el cuidado de su madre, aunque los vecinos de Medina Sidonia aseguran que la han visto haciendo recados por el pueblo recientemente.
A pesar de que la cantante ha cortado toda comunicación con alguno de sus fieles apoyos, como Luis Rollán o Raquel Bollo, Pantoja no está tan aislada como pensamos y continúa recibiendo visitas de sus más incondicionales, como una señora rubia con la que Pantoja ha sido vista en numerosas ocasiones y a la que ahora se ha visto saliendo de Cantora, después de permanecer varias horas en la finca con la tonadillera.