El proceso de venta de Cantora que Isabel Pantoja y su hermano Agustín habrían emprendido, según se aseguró desde El Programa AR, no está solo causada por la denuncia pública de Kiko Rivera, hijo de la tonadillera, sino por una dramática situación económica que va empeorando día a día.
Isabel Pantoja está, por tanto, virtualmente obligada a deshacerse de su mayor y más querida propiedad si quiere pagar la gran cantidad de embargos, intereses y deudas que pesan todavía sobre ella, que se cifró a en torno a dos millones.
Así lo explicó en el mismo programa Paloma García Pelayo, que aseguró que la situación de Pantoja se complica porque "la hipoteca de Cantora pendiente en Cajasur lleva casi un año sin pagarse, están a punto de entrar en ejecución".
"Es verdad que con la covid están teniendo algo más de manga ancha, pero van a proceder a la ejecución muy pronto", ha explicado la colaboradora, que señala que el "embargo de la finca" es inminente.
Estos días se informó de que un empresario murciano está interesado en la propiedad para poner placas solares. Pantoja ha puesto, sin embargo, una condición y un precio que habría que negociar. El proceso está en marcha a menos que alguna de las partes se eche atrás.