La desaparición de Mila Ximénez del plató de Sálvame y de las redes sociales ha hecho saltar todas las armas. La sevillana lleva varias semanas sin acudir a su puesto de trabajo y su silencio en las redes sociales son una señal inequívoca de que algo sucede. Según publica la revista Semana, varias fuentes cercanas a la colaboradora señalan que su estado de ánimo "no está en su mejor momento".
Han pasado ocho meses desde que anunciase que padecía un cáncer, y tal y como ella misma anunció, esto la alejaría de la televisión durante una temporada: "A mi un tumor de mierda no me va a parar la vida ni de coña", dijo en su programa. Tres meses después del diagnóstico, Mila regresó a Sálvame asegurando que habían sido unas semanas muy complicadas: "Entré en una depresión muy gorda. No me podía ni levantar de la cama".
En estos momentos, sus amigos están "preocupados por ella". Todos ellos se están volcando en estar a su lado: la llaman por teléfono, le escriben mensaje y, los que pueden hacerlo, van a visitarla siempre que pueden. Además su familia y sus seres queridos están muy pendientes de ella, entre ellos su hija Alba que siempre que tiene ocasión viaja a España para acompañarla.
Mila, quien según la revista, cada vez ve "más lejano el horizonte de su recuperación", estaría deseando "poner fin cuanto antes a esta delicada etapa y anunciar por fin su total recuperación". Según explican al citado medio personas de su círculo, "esperaba haberlo conseguido antes, y esto la desanima profundamente".