Kiko Matamoros y Marta López Álamo se casan. El programa Socialité, presentado por María Patiño, adelantó la noticia el pasado sábado y dio varios detalles del futuro enlace entre el colaborador de Sálvame y su pareja, que próximamente cumplirán dos años de relación.
La pareja se dará el 'sí quiero' en la basílica pontificia de San Miguel, ubicada en el centro de Madrid y a escasos metros de su nueva y lujosa casa. Será la tercera boda para Matamoros, que ya estuvo casado con Marián Flores y Makoke, pero será la primera celebrada por la Iglesia. A pesar de que el novio se define como ateo, pasará por el altar para cumplir los deseos de su pareja.
"Si se dan las condiciones y se puede, sí me gustaría casarme este año", adelantó Kiko Matamoros sobre su futuro matrimonio con la modelo, con quien está viviendo uno de sus momentos más dulces y con quien está dispuesto a dar un paso más para afianzar su relación.
Una relación consolidada
La pareja ha demostrado, contra todo pronóstico, que su relación va en serio y que la diferencia de edad de 40 años no es ningún problema para ellos. La modelo ha sido uno de los grandes apoyos del colaborador en sus momentos de salud más delicados y presume cada día de novio en las redes sociales. Es precisamente en su perfil de Instagram donde siempre responde a las preguntas sobre su relación con Matamoros. "¿Te ves con Kiko para toda la vida?", preguntó recientemente uno de sus seguidores.
"Daos cuenta que yo estoy con una persona que me saca 40 años, que sé que tiene fecha de caducidad y es una putada porque, cuando estás con una persona, es porque la quieres para toda la vida (...) Es muy triste porque ojalá pudiera estar con él toda la vida pero no va a ser así. Muchas veces lo pienso y me dan hasta ganas de llorar".
A pesar de todo, Marta asegura que para ella la edad no es un obstáculo si dos personas se quieren. "Cuando digo que la edad es un número, no lo digo en vano. Tú quieres a la persona, te enamoras y te atrae una personalidad, ya sea hombre, mujer, transexual, mayor, joven, alto, bajo, caucásico, asiático... En mi caso, [Kiko] es una persona que yo sé que no va a estar toda la vida y eso es muy duro. Es muy duro pensar que dentro de 20 o 30 años a lo mejor no voy a estar con esa persona. A lo mejor, no, lo más seguro".