Ya han pasado ocho meses desde que Rocío Flores terminó con éxito una de las aventuras más importantes de su vida: su paso por Supervivientes 2020. La participación de la hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco en el concurso de Telecinco, no solo puso a prueba su capacidad para enfrentarse a todo tipo de contratiempos derivados de la naturaleza o el aislamiento, sino que también la renovó por dentro y por fuera.
Después de casi tres meses en Honduras, la joven llegó a perder más de 16 kilos. Su transformación física le hizo sentirse mejor consigo misma y prometió que a su llegada a España, trabajaría para mantenerse en forma y no volver a coger peso. De hecho, desde que se puso manos a la obra, la joven no ha dejado de compartir sus avances con sus seguidores en las redes sociales.
Hasta ahora, Rocío siempre había tenido mucho pudor a la hora de mostrar su cuerpo públicamente: "En su momento he tenido alguna conversación con ella con respecto al sobrepeso, que también viene por problemas de tiroides y ansiedad y demás. Y ella siempre huye de esa conversación porque le duele (...) No se quita la camiseta. Las primeras semanas de concurso no se quitaba la camiseta precisamente por eso, porque tiene un gran complejo", confesó su padre durante la estancia de Rocío en Honduras.
Con el tiempo, esos complejos han ido quedado atrás. No solo ha cumplido su promesa de mantenerse en forma, sino que a base de alimentación sana, deporte y cuidados médico-estéticos, la nieta de Roció Jurado se ve más espectacular que nunca, prueba de ello son las imágenes que ha compartido durante las últimas horas en su perfil de Instagram.