Demi Moore fue de las estrellas invitadas en el desfile de Fendi en París, dentro de la semana de la Alta Costura. La actriz caminó por la pasarela vestida con un traje pantalón negro y unos espectaculares pendientes largos. Pero no fue su acertado look lo que más llamó la atención de su aparición, ya que todas las miradas se centraron al rostro de la actriz que mostraba una tez impecable, unos pómulos más acentuados de lo normal y unos labios más finos. Pronto las redes sociales se llenaron de comentarios debatiendo sobre si la actriz ha vuelto a pasar por el quirófano.
Esta no es la primera vez que la intérprete se ve envuelta en la polémica por sus transformaciones. Moore ha sido conocida durante mucho tiempo por su apariencia, desafiando a la edad, y a menudo ha sorprendido por su imagen siempre juvenil. Las últimas imágenes de la actriz en sus redes sociales, en muchas de ellas libre de maquillaje, ya revelaban que su apariencia está muy cambiada.
Hace más de veinte años ya se habló sobre la cirugía plástica con la que habría transformado completamente su rostro, concretamente antes de su aparición en la película Los Ángeles de Charlie y que le habría costado más de 250.000 dólares. Sin embargo, en 2007 aseguró en varios medios de comunicación que "nunca" ha pasado por el quirófano: "No me gusta la idea de someterme a una operación para retrasar el proceso de envejecimiento, es una forma de combatir la neurosis", dijo en ese momento. "El bisturí no te hará feliz".
Más tarde, en el año 2019 aseguró en Daily Mirror que está "abrazando" el proceso de envejecimiento natural, a pesar de admitir que hay momentos en los que se mira al espejo y no se reconoce: "La gravedad va en algunas direcciones que no me gustan. Puedo mirarme en el espejo de vez en cuando y decir: Estás mintiendo, yo no me veo así", explicó.