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Rosa Belmonte

Montero y las otras

¿Una sola Dirección General de Igualdad? Eso no es sabio. Ni generoso.

¿Una sola Dirección General de Igualdad? Eso no es sabio. Ni generoso.
Irene Montero, en la manifestación feminista del 8 de marzo. | Cordon Press

El lunes se reunieron Carmen Calvo e Irene Montero para discutir las futuras leyes LGTBI y trans, que empezarán su tramitación legislativa las próximas semanas. Ya saben que los socialistas han registrado, dando esquinazo a UP, la Ley para la Igualdad de Trato y la No Discriminación. Me imagino esa reunión siendo descrita por Paul Johnson, al que hacían mucha gracia las peleas de Camille Paglia y Julie Burchill. Las llamaba “luchadores con tetas”. Montero tienes sus cosas queer y sus dudas sobre la biología (pues mira, resulta que las mujeres son más resistentes al covid; ¿existe la biología o no?). Montero, a la que en su partido protegen para que su ministerio tenga protagonismo (Igualdad fue arrebatada a Carmen Calvo en los acuerdos de coalición). Y claro que lo tiene, normalmente con melonadas. Isa Serra, portavoz y otra de las lumbreras del partido, ha dicho: “El ministerio de Igualdad tiene que tener protagonismo en estas propuestas [leyes de igualdad, trans, aborto farmacológico…] y es quien está guiando los avances feministas en este país. No entendemos por qué no han querido cumplir con el acuerdo y respetado el protagonismo de ministerio”.  Madre mía, “quien está guiando los avances feministas en este país”. Si mi madre levantara la cabeza le daba un pellizco (su máxima manifestación de violencia). ¿Pero qué avances habéis traído vosotras que no tuviéramos ya?

Montero también tiene una trifulca con Begoña Villacís. La teniente de alcalde de Madrid la ha puesto en su sitio. En un tuit, Montero se escandaliza por las tropelías de la monstruosa derecha. Era a propósito de la noticia aparecida en el Diario.es (“El Ayuntamiento de Madrid elimina la Dirección General de Igualdad en plena ofensiva de Vox contra el feminismo”, que ya es editorializar en un titular). Entonces, va Montero y dice: “Que no lo llamen recorte de personal porque es machismo institucional. La lucha de las mujeres es el principal enemigo de PP, Cs, VOX porque a más feminismo, menos extrema derecha. Unidas, diversas, feministas, somos más: no nos van a hacer retroceder”. Es difícil decir más tonterías en tan pocas palabras. La respuesta de Villacís, representante de uno de esos partidos que tiene la lucha de las mujeres como principal enemigo. Tócate. “¿Una sola Dirección de Igualdad en Madrid? ¿Dónde se ha visto eso? Con Carmena, hasta que dos años después fulminó a Mayer como delegada de Cultura y tuvo que crearle otra a medida. Fusionamos, no eliminamos. Que un trol hable de oídas, pase, pero usted, Señora Ministra…”. ¿En qué cabeza cabe que Begoña Villacís sea menos feminista que Irene Montero? En la de Montero y especímenes como ella. Vamos a ver, que no se elimina nada, que en una única dirección general se unifican igualdad, violencia machista y diversidad. Un departamento dirigido por Ana Fernández Izquierdo, actual directora de Prevención y Atención frente a la Violencia de Género. No te preocupes, Irene, que en el Ayuntamiento tienen todos esos juguetes que te gustan.

Me ha hecho gracia la respuesta de Villacís (“¿Una sola Dirección de Igualdad en Madrid? ¿Dónde se ha visto eso?”) porque me ha recordado a Ben-Hur. A la escena en la que Sheik Ilderim, el dueño del carro y los caballos con los que competirá en la carrera, dice a Judah: “Un sólo Dios se entiende, ¿pero una sola mujer? Eso no es sabio. Ni generoso”.

En aquellas peleas que le gustaban a Johnson, Burchill dijo de Paglia que “no tenía sesos para pensar en cómo salir de un saco de papel mojado”. No creo que tenga que decir quién me parece que tendría dificultades para salir de esa complicada trampa.

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