Nueve meses después de sacar a la luz la noticia del confinamiento de Isabel Díaz Ayuso en un apartahotel de Kike Sarasola que no hizo más que alimentar una campaña de descrédito, la revista Vanity Fair lleva a la portada de su número de febrero a la presidenta de la Comunidad de Madrid, "alabada por unos, ridiculizada por otros", pero que "no ha dejado indiferente a nadie".
En su nueva entrevista, Ayuso responde a todas las polémicas que le rodean desde que llegó al cargo, como la gestión de la pandemia y la creación del hospital de pandemias Isabel Zendal, el aparthotel Sarasola en el que estuvo instalada cuando contrajo el coronavirus, e incluso su ascenso fulgurante en el PP: "Llevo 16 años en política. Existe una nueva hornada de políticos. Pero creo que ha habido ascensos muchísimo más llamativos que el mío, como el del presidente del Gobierno, el vicepresidente o la ministra de Igualdad".
Sobre su carrera, reconoce que se ha "minusvalorado mi currículum". "Siempre me intentan emparentar con alguien: que si soy hija política de Esperanza Aguirre, cuando no de Aznar, cuando no de Miguel Ángel Rodríguez. En realidad soy una mujer independiente y tengo mi criterio. Llevo las riendas de mi vida. Siempre".
La presidenta de la Comunidad de Madrid descubre también un lado más personal, aunque es más reservada en este aspecto de su vida. Habla de Jairo Alonso, su pareja hasta el pasado mes de noviembre, cuando decidieron tomar caminos separados. Después de divorciarse de su primer y único marido, comenzaron una relación que se alargó cinco años. "Nos conocíamos de adolescentes, de salir y verlo por ahí", explica, según Vanity Fair, con evasivas. "No voy a hablar del mundo sentimental. Nunca lo he hecho. Me he definido siempre como una mujer muy independiente que ha salido adelante por sí misma. No tengo hijos. Me gustaría, pero por ahora no he podido", confiesa.
La entrevista va acompañada de una amplia sesión de fotos firmadas por Uxío Da Vila en las que destaca el rojo en los estilismos, un color que transmite el mensaje de "fuerza" y "poder". Maquillada y preparada, reconoce al fotógrafo que no está acostumbrada a posar. "¿Qué hago? Me siento un poco Paco Martínez Soria". Pero antes de empezar la sesión, advierte: "Cuando se publique esta entrevista, igual estamos con los contagios disparados, en plena tercera ola. No perdamos el punto serio de 'Me preocupa lo que está pasando', porque no me pasan una. El otro día me fui a tomar una cerveza debajo de casa, y madre mía la que me cayó".
La peor semana de Ayuso en la crisis del coronavirus fue la última semana de marzo, cuando hubo pico altísimo de contagios. Dormía pocas horas y, cuando se desvelaba, se ponía alguna serie. Destaca Red Riding, Unorthodox, Succession, La casa de papel y, por supuesto, Patria, una de las series del año: "Maravillosa. También me leí el libro".
Además de las series, entre sus aficiones destaca la música, pero más en concreto Depeche Mode. En su brazo izquierdo se tatuó hace años la flor que ilustra la portada de Violator. "Fue el grupo que más me gustó durante muchísimo tiempo. Me recuerda a esos veranos largos que teníamos en Sotillo de la Adrada, con mis amigos de siempre".