Seis años después de la muerte de Paquirri, en 1990 la que fuera su esposa, Isabel Pantoja, luego llamada la viuda de España con evidente exageración, se besaba por primera vez con un hombre, José Coronado, en el rodaje de la película Yo soy esa y, después, en los intervalos en los camerinos de ambos y en un lugar secreto. Ambos procuraron que su romance no fuera del dominio público. Más tarde lo negarían. Y hace unos días, transcurridos treinta años de esa relación, quien fuera por entonces compañera de José Coronado, la benjamina de Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, Paola, confirmaba en el programa Sábado Deluxe la verdad de aquel idilio.
Bien cierto fue que Isabel y José mantuvieron relaciones íntimas. Paola Bosé contaba ahora que Coronado no tuvo más remedio que admitirle que así era: "Estoy enamorado de Isabel". Para Paola no era nuevo que el actor al que mucho quería y con quien empezó a convivir en 1987, le ponía los cuernos al dos por tres. Lo de Isabel Pantoja colmó el vaso de su paciencia y la ruptura definitiva no se hizo esperar. Cierto era que el galán había tenido ligues a porrillo. Con Esther Cañadas, con Paula Echeverría... Y su biografía sentimental se nutrió también con otros idilios, a saber: Mónica Molina, con quien tuvo una hija en 2002, llamada Candela; Elena González de Prado, periodista de Interconomía; Eugenia Martínez de Irujo, con la que únicamente aguantó un mes… Y así, en adelante, más aventuras femeninas, que al parecer ya cesaron cuando en 2017 padeció un infarto de miocardio y los médicos le recomendaron una vida sin tantos sobresaltos. No se conoce ahora con quién vive. Es más cauto y no quiere arriesgarse. De lo que no ha abdicado es de la dedicación que sigue ejercitando con el hijo que tuvo con Paola, Nicolás, de treinta y dos años, al que ha educado y con el que ha compartido muchos años hasta que el joven se independizó. Se dedica también al cine aunque como actor no haya sobresalido demasiado. José Coronado mantiene una relación más distante con la hija que tuvo con Mónica Molina.
Respecto a quién fue a su lado muy feliz durante los tres años que duró su unión, Paola Dominguín tuvo al dejar a Coronado otra experiencia de catorce años con Manuel Villalta. Necesitada de dinero accedió a la petición de los productores de Sábado Deluxe para contar algunos detalles de la antes comentada relación de su ex con Isabel Pantoja. Que los enamorados negaban siempre. Pero existió. Yo mismo me referí a ello, por la confidencia de quien se ocupaba en la película Yo soy esa de la publicidad. Algunas revistas del corazón no cejaron también de contarlo. Se decía: "Isabel se ha besado con su galán de cine por primera vez desde que enviudó". Pero faltaban algunos detalles. Tampoco esas publicaciones querían irritar a la cantante, quien al fin y al cabo les proporcionaba otras historias para que siguieran vendiendo más ejemplares de lo corriente.
Tal vez si por Isabel Pantoja hubiera sido aquel idilio hubiera durado más, incluso se hubieran casado. Pero José Coronado, perro viejo en las aventuras amorosas, no estaba dispuesto a casarse, como ha demostrado: continúa soltero. Y siempre se ha dejado llevar en sus conquistas por los arrebatos pasionales del momento. Le duran poco, a lo sumo dos o tres años, y entremedias, siempre ha sido infiel a su compañera de turno. Isabel Pantoja no iba a ser una excepción. Fue después cuando ella alternó otras amistades masculinas y femeninas. Después de sus aventuras con el fugaz alcalde marbellí, no da la impresión de que quiera complicarse más la vida en asuntos del corazón. Ya tiene otros problemas con su hijo y demás parentela.