Vicky Martín Berrocal es harto conocida de los lectores de revistas del corazón y los programas rosas televisivos. Al contrario que otras supuestas famosas como ellas creen que son por aparecer en la pequeña pantalla en calidad de parientes de alguien popular, Vicky aporta un curriculum estudiantil, y una variada biografía profesional, desde empresaria y diseñadora de ropa hasta actriz ocasional, modelo y presentadora de televisión. Guapa, temperamental, de rasgos físicos muy andaluces, proviene de una familia cuyo padre tuvo dos mujeres, cinco hijos y no casó con ninguna de las dos.
Las aventuras sentimentales de José Luis Martín Berrocal eran conocidas aunque sólo en algunos círculos de sus facetas profesionales, preferentemente las taurinas, que es donde él se manejaba cual "Emperador de los Toros", mote que no le disgustaba. En realidad, este empresario madrileño nacido en 1932 comenzó sus negocios al frente de la empresa de autobuses La Sepulvedana, con otros socios. Ganó suficiente dinero para después convertirse en empresario de varias plazas (lo fue de Las Ventas en 1980), apoderado de toreros (Andrés Hernando, Dámaso González, Juan Mora, Manuel Díaz "El Cordobés), ganadero de reses bravas… Hombre inquieto al que también le apasionaba el fútbol (presidió el Recreativo de Huelva y el Logroñés), como asimismo el boxeo, al punto de que organizó algunas veladas importantes, una de ellas con quien fuera campeón de los pesos pesados Alfredo Evangelista.
Con ese condensado historial puede comprenderse también mejor su biografía amorosa, el itinerario sentimental de José Luís Martín Berrocal que, ligues aparte, se emparejó en 1966 con Marisa del Molino González, que le dio tres hijos (Marisa, José Luís y David). No hubo papeles de por medio y en 1994 rompieron todo tipo de relación. Hasta esa fecha el hogar familiar lo tenía fijado en Madrid. Después se unió a la empresaria onubense Victoria Martín Serrano; ya sus reales los asentó en Huelva, pero por sus negocios viajaba mucho y en Madrid lo veíamos en las barras y hoteles donde hubiera ambiente taurino. Era simpático, dicharachero y buen bebedor. Con esta segunda mujer tuvo, también sin pasar por la vicaría o el juzgado, un par de hijas, Vicky y Rocío.
A José Luís Martín Berrocal lo conocí en su finca La Marquesa, término municipal de Linares, donde tenía la ganadería del Cerruño, un día en el que se festejaba el cumpleaños de Vicky, que era su ojito derecho entre sus cinco descendientes. Vicky, no se apellida Martín Berrocal como en general es citada, sino Martín Martín. Y en la ocasión de aquella fiesta se sintió muy emocionada porque el pianista Felipe Campuzano le dedicó una canción, asegurándole que la había compuesto para ella. Una mentira del divertido gaditano, que hacía tiempo la había grabado sin dedicatoria para nadie. Lo pasamos bien aquella jornada, donde hubo tentadero de reses bravas, cante, baile, corriendo generosamente el fino y las viandas. Vicky estaba feliz, parecía la niña mimada de su padre, repito. Y un día quiso conocer a Manuel Díaz "El Cordobés". Su padre los presentó. La tarde en la que el diestro se presentó en Madrid para confirmar la alternativa, un llamativo "Rolls Royce" lo esperaba a la puerta del hotel Victoria, propiedad de Martín Berrocal, en presencia de Vicky, que contempló horrorizada una hora más tarde la escalofriante cogida del flamante matador de toros, aunque por fortuna no de gravedad, con el susto correspondiente de su fiel admiradora.
Iniciaron un noviazgo seguido por la prensa hasta casarse en 1997, y el padre de ella les proporcionó una espectacular vivienda en Sevilla. Tuvieron una hija, Alba, hoy casi un calco físico de su madre, que quiere ser modelo top. No funcionó el matrimonio, separándose en 2001, divorcio incluido después. Trató José Luís Martín Berrocal que su buen amigo Manuel Benítez "El Cordobés" reconociera a Manuel Díaz como su hijo. Se opuso la entonces esposa de "El Pelos", Martina Fraysse y no hubo nada que hacer. La justicia dictó sentencia más tarde favorable a Manuel Díaz, que aportó pruebas de ADN. Y un día, estando Vicky con su padre en la antes mencionada finca de Linares, con Benítez de invitado, la hija del ganadero consiguió, entre copa y copa con éste, arrancarle una confesión. Y la obtuvo. Dijo que Manuel Díaz tenía su misma sangre. También Vicky quería conocer a sus hermanos, los tres hijos habidos en la primera familia de su padre. Y lo consiguió. Marisa, una de ellos, se casó también con un buen matador, el extremeño Juan Mora.
Sintió mucho el padre de Vicky que se divorciara de Manuel Díaz "El Cordobés". Pero dadas sus propias andanzas amorosas no era precisamente el más indicado para sermonear a su hija. José Luís Martín Berrocal falleció en un hospital sevillano en 2008 y al entierro acudieron sus cinco hijos. No he podido constatar si también sus dos mujeres. Una vida la suya tantas veces parecida en argumentos de vodeviles teatrales o cinematográficos, aquí al menos con sus hijos unidos en el dolor.
Vicky no ha podido olvidarlo. Con su incesante actividad ha superado su ausencia y el fracaso de su matrimonio. Hasta que hace dos años, ahora se han cumplido por estas fechas, conoció al portugués Joao Viegas Soares. Ella cuenta cuarenta y siete años; él algunos más. Sin problemas por ese lado. A Vicky no le ha importado irse a vivir con Joao a tierras lusas, a una casa que el empresario tiene en Lisboa u otras en Oporto y el Algarve. Viegas Soares, es padre de varios hijos y éstos ya conocen a Alba. Ni Vicky ni su prometido han fijado fecha para la boda. De momento, se les ve muy contentos. Vicky, viaja a menudo no obstante a Sevilla y a Madrid por motivos de trabajo, últimamente promoviendo una marca de duchas. Ha heredado la inquietud de su padre para los negocios. Nunca le criticó su manera de vivir y el por qué nunca quiso casarse con ninguna de sus mujeres.