Mucho se está hablando sobre la controvertida entrevista de Kiko Rivera en el especial de Telecinco, Cantora: la herencia envenenada, donde cuestionó el papel de Isabel Pantoja como madre y sacó a la luz los tejemanejes que la tonadillera habría realizado durante los últimos años con la finca que Paquirri le dejó en herencia.
Jorge Javier Vázquez, el encargado de conducir el polémico especial, ha desvelado en exclusiva en su columna para la revista Lecturas, todo lo que pasaba en las publicidades cuando las cámaras estaban apagadas. Según relata en su blog, el presentador se acercó en varias ocasiones al entrevistado para mostrarle todo su apoyo y se ofreció para ayudarle en todo lo que estuviera en su mano. "Me lo agradeció", escribe el presentador.
"Acto seguido, me miró a los ojos y me preguntó: '¿Crees que me llamará?'. Fui incapaz de decirle lo que pensaba: que no, que no le iba a llamar porque Isabel Pantoja estará pensando otra vez que el mundo se ha confabulado contra ella para sacar audiencia, para ganar dinero. Y supongo que creerá que lo que le hizo Kiko el viernes también fue por dinero, pero no. Podría haber cobrado muchísimo más en una revista, podría haber mareado la perdiz y negociar hasta la extenuación. Pero lo del viernes no está pagado".
Según su testimonio, el programa continuaba durante las pausas publicitarias y ni él ni los colaboradores podían dejar de comentar todo lo que estaban descubriendo: "Kiko abandonaba el plató para ir a fumar, cabizbajo, triste, derrumbado". Además, desveló que el hijo de la tonadillera se decidió a acudir al especial porque le confesó "estar cansado, agotado. Necesitaba ser escuchado".
Además, augura malos tiempos para el Dj: "La travesía de Kiko no ha hecho más que empezar. Se adivina tan terrible como convulsa. Se lo dije durante la publicidad: 'Por favor, protégete, acude a psicólogos, ármate emocionalmente porque lo más complicado está por llegar". Y aclara: "Quien piense que Kiko Rivera disfrutó destrozando a su madre, se equivoca".