El viernes fue una noche televisiva histórica con el especial sobre la herencia de Paquirri. Kiko Rivera llegó al plató dispuesto a desvelar todo lo que había investigado estas dos últimas semanas y lo cierto es que dejó de lo más sorprendidos a todos: la guerra con su madre ha empezado y va a ser muy difícil de parar.
Si hay una persona a la que se dirigió directamente, ese fue a Ramón Calderón, abogado y amigo íntimo de Paquirri al que no dudó en tachar de sinvergüenza y del que aseguró que había cometido irregularidades junto con su madre.
Al día siguiente, sábado, en el Deluxe se trató de nuevo la herencia del torero y el abogado entró por teléfono para defenderse de las acusaciones que el Dj lanzó contra él la noche anterior: "Hay insinuaciones que no se pueden hacer gratuitamente, yo no tengo nada que ver".
Ramón Calderón ha explicado por qué aceptó velar por los intereses de Kiko Rivera a raíz de la muerte de Paquirri: "Acepto la defensa y representación de Kiko Rivera porque el hijo de Paquirri, de un amigo, porque estaba desamparado y lo hice desinteresadamente durante tres años y no fue fácil".
Hasta el año 1987 defendió los intereses de Kiko, de ahí en adelante ya no era su obligación: "Nada de lo que ocurriera después tenía yo competencias ni podía intervenir. Fue la madre quien ostentaba la patria potestad y la representación de su hijo".
Además, en el programa se trató un pequeño error que tuvo Kiko Rivera, y es que la hipoteca que se pidió en el año 86 con la empresa Cantora. S.A. se pidió a nombre de la misma y no es algo que pida Isabel Pantoja, ya que esa empresa la creó Paquirri.