La guerra mediática iniciada por Kiko Rivera contra su madre Isabel Pantoja para descubrir la verdad sobre la herencia de su padre Paquirri vivió este viernes uno de sus puntos álgidos. El hijo de la tonadillera acudió como invitado al estreno del programa especial Cantora: una herencia envenenada para seguir desvelando nuevos datos sobre esta situación tan desagradable. Ya desde el comienzo del programa se mostró demoledor contra su progenitora: "Me ha engañado, me han robado".
"No la voy a perdonar, definitivamente", dijo visiblemente afectado. De hecho, tan mal lo está pasando que aseguró que, aunque le gustaría volver a verla, no tiene fuerzas para hacerlo: "En su escala de valores, sin lugar a dudas está antes el dinero que sus hijos". Con papeles que demostrarían sus palabras, el Dj explicó las razones que le han llevado a "abrir los ojos": "Confiaba en mi madre, me he fiado de ella al cien por cien, hasta he podido tener complejo de Edipo de estar enamorado de esa persona". Una confianza que ha perdido al descubrir los tejemanejes que Pantoja habría realizado con la propiedad de Cantora, que Paquirri dejó en herencia su hijo.
"Me parece lamentable que tenga que venir a un programa de televisión para enterarme de cosas que mi madre no se ha atrevido a contarme, me han engañado y me han robado a sabiendas de que lo estaban haciendo (...) No voy a poder perdonar a mi madre y mi padre, desde donde esté, tampoco (...) No hay explicación a lo que ha hecho, no existe razón lógica, lo que yo he descubierto es de una persona que tiene un problema, una persona que está cegada por el dinero, en la escala de valores de mi madre está antes el dinero que sus hijos", expresó.
Kiko Rivera confesó que solamente se podrá parar esto si su madre y otras personas implicadas cogen el teléfono y hablan con él: "Mi sentimiento es que mi madre me llame y llegue a un acuerdo por el bien de ella, no por el mío. Es más allá de lo económico. Por el bien de ella, pero hay más de un implicado, de mi familia y de no familia, gente que todo el mundo conoce. Es que me tiene que llamar más de uno. No quiero verme en esa situación de entrar en un juzgado con mi madre y mucho menos desalojar a mi madre de la que en su día fue mi casa, hay una parte que todavía sigue siendo mía".
Se descubre la gran mentira de Pantoja
Durante toda la entrevista, el marido de Irene Rosales dejó caer en más de una ocasión que el pasado 2 de agosto pasó algo con su madre que dinamitó por completo la relación entre ellos. Aunque al principio se negó a contarlo, por consejo de sus abogados, esta información llegó finalmente al teléfono de Jorge Javier Vázquez que, con permiso del entrevistado, contó el contenido: el pasado mes de agosto Kiko tuvo la oportunidad de comprobar que todos los objetos personales de Paquirri están en una habitación cerrada de Cantora.
Isabel Pantoja denunció un robo en Cantora justo el día después de que un juez sentenciase que la tonadillera debía dar los objetos personales del torero a sus hijos mayores, Fran y Cayetano. Un supuesto robo sobre el que siempre ha planeado la sombre de la duda. "Lo que ha hecho es un delito", aseguró Kiko. "Cuando vi aquello se lo comuniqué a mis hermanos", confesó.
"Llevo hipotecado desde los dos años"
El programa se remontó al año 1986, cuando Kiko Rivera tenía solo dos años de edad. El hijo de Isabel Pantoja mostró una carpeta llena de documentos en los que quedaría reflejado que su madre creó una entidad, Cantora S.A., con la que se pidió una hipoteca de 50 millones de pesetas de la época pese a que en ese momento la finca Cantora "no era de nadie" porque, aunque Paquirri dejó la finca a su hijo Kiko, la repartición de la herencia aún no se había hecho efectiva: "Mi madre en ese momento estaba pidiendo dinero poniendo como aval un bien que no era suyo, algo que moralmente es muy reprobable hacérselo a un hijo".
Sin embargo, las pretensiones económicas de Isabel Pantoja no cesaron ahí. Al parecer dos años después, en 1988, la cantante habría pedido 35 millones más de pesetas poniendo como aval de nuevo la finca de la discordia, una finca que por aquel momento era una agrupación de nueve fincas menores.
Ya en el año 2002, cuando Kiko Rivera tiene 18 años, su madre vuelve a rehipotecar Cantora por un valor de 2 millones 700 mil euros, pero esta vez con una nueva entidad y con el apoyo de su tío Agustín y del abogado Ramón Calderón, la persona que supuestamente tenía que velar por los intereses de Kiko Rivera tal y como dejó escrito Paquirri antes de morir: "Mi madre me ha tenido hipotecado desde que tengo dos años (...) Aunque yo no soy deudor, mi madre ha estado beneficiándose de un bien que era mío, una finca que cuando mi padre murió era un conjunto de 9 fincas y de las que ahora solo hay 6. ¿Dónde están las otras tres?".