La extrema discreción de Blanca Suárez y Javier Rey
Blánca Suárez y Javier Rey se enamoraron apasionadamente en el rodaje del filme que están a punto de estrenar.
Se iba a estrenar esta semana El verano que vivimos, gran estreno en cines retrasado por culpa del coronavirus. Cuéntase en ella un drama romántico ocurrido imaginativamente en la década de los 50 del pasado siglo en tierras jerezanas. Dan vida a sus protagonistas dos jóvenes actores que están ahora en eso que, como un tópico, se repite constantemente: en la cima, en la cresta de la popularidad: Javier Rey y Blanca Suárez. Que durante el rodaje se enamoraron apasionadamente. La productora del filme, ni qué decir que se frota las manos pues esa circunstancia sentimental ayudará a su promoción. Desde luego conociendo la postura de los cuitados, que se niegan a contar absolutamente nada de lo que viven de puertas adentro de su casa, ni siquiera una frase que tenga que ver con su intimidad.
Lo cierto es que, parafraseando a Gabriel García Márquez, lo de esta pareja surgió muy poco antes de que se conocieran los efectos de la covid-19. Blanca y Javier se involucraron hasta el fondo con la idiosincrasia de sus personajes, Lucía y Gonzalo, respectivamente. Quienes pusieron en marcha la producción y los guiones de El verano que vivimos (en principio añadían otro término más, "el próximo otoño") partiendo de un hecho cierto: leyeron en los periódicos que un hombre escribió a lo largo de una veintena de años largas cartas a su fallecida esposa. Y la película que nos ocupa se inicia con las investigaciones de una becaria para conocer quién fue aquel autor de tan extensas esquelas y el contenido de sus misivas. Todo ello, en el marco de viñedos y bodegas de Jerez de la Frontera.
Y allí, en el hotel de muy poblada y bella ciudad gaditana, que ocupaba el equipo de la película, Javier Rey y Blanca Suárez prolongaron su amor de película, trasladándolo a la realidad. Cuando terminó el rodaje volvieron a Madrid, coincidiendo ya con la pandemia en plena efervescencia, que decidieron compartir juntos, perseguidos por los "paparazzi", avisados del romance de tan atractivos, populares actores, cuyas biografías sentimentales pasamos a condensar. Por cierto: antes del estreno para el público de El verano que vivimos hubo una presentación a los medios, con la asistencia de Javier, pero no de Blanca. Se dispararon las consecuentes cábalas: ¿Habrán reñido? No. Al final les contaremos el porqué de esa ausencia.
Javier Rey, natural de Noia, La Coruña, de cuarenta años, hijo de un capitán de barco, iba para enfermero, pero llegado a Madrid impulsado por otra vocación, la de ser actor, se enroló en una escuela de interpretación, donde se hizo muy amigo de una canaria, también alumna de ese centro. Al punto de que decidieron vivir juntos, lo que sucedió nada menos que a lo largo de dieciséis años, sin que ninguno de los dos tuviera prisa ni ganas de casarse. Ella, Isis, alumbró un niño en 2018. Para entonces, Javier fue destacando como un emergente galán, de muy notables cualidades, como se demostraría en la serie que lo catapultó a la popularidad, Fariña, tras un más discreto papel en Velvet (donde el mejor trozo del pastel era para Miguel Ángel Silvestre). No se conocería ninguna otra relación amorosa de Javier Rey, siempre cauto como buen gallego para ocultar cualquier "ligue" ocasional. Iris continuaba siendo su pareja, con la que no era fácil que asistiera a algún evento, para mantener su vida privada protegida; si acaso, algún desfile por la alfombra roja de los premios Goya, y poco más.
Blanca Suárez, su actual pareja, madrileña que en el pasado octubre ha cumplido treinta y dos años, en cambio, ha tenido un historial amoroso más divulgado: Mario Casas puede que fuera el primer hombre de su vida que la cautivó pero lo dejaron. Parece que por decisión del impulsivo seductor. Los hombres que se vincularon sentimentalmente después con la atractiva actriz de El bar, serían Javier Pereira, el ya mentado Miguel Ángel Silvestre (rival de Casas en estos menesteres del corazón, sin saberse quién gana a quién en conquistas), el cantante Dani Martín y un para nosotros poco o nada conocido, Joel Borqued. En esos casos, hay que reconocer que Blanca Suarez tuvo buen gusto, desde el punto de vista físico, de elegir a sus parejas.
Blanca Suárez y Javier Rey coincidieron en el reparto de la serie televisiva Lo que escondían sus ojos. Ella defendía el personaje de la marquesa de Llanzol, amante en los tiempos de postguerra del todopoderoso político Ramón Serrano Súñer. Papel sobresaliente. El de Javier era casi episódico: representó al modista español Cristóbal Balenciaga, un genio que desde París deslumbró con sus geniales diseños, quien vestía a la mencionada aristócrata. Javier no podía ser en esa teleserie un robacorazones, dada la condición sexual del modista de Guetaria. En cambio, en El verano que vivimos, sí que ha tenido oportunidad de encarnar a un enamorado. Y así lo ha sido en toda su plenitud con Blanca Suárez, mientras sigue su imparable carrera como actor. Sus trabajos más recientes han sido La casa del caracol, junto a Paz Vega, el thriller Orígenes secretos, para la productora Netflix, donde es un agente de policía, en tanto también fue cirujano en otra serie para Atresmedia, Mentiras. Si en este aciago 2020 hay muchísimos actores en paro, algunos de los cuáles viven una situación dramática y han de hacer cola en los comedores sociales, el caso de Javier Rey, cuyo talento sin duda lo merece, es el de un galán encumbrado.
Como también Blanca Suárez disfruta de una inmejorable posición, artística y económica. Reclamada por las pocas productoras que ahora se atreven a iniciar algún proyecto, ha sido Netflix, multinacional con menos problemas en ese aspecto, la que ha contado con ella para el rodaje de Jaguar. Causa como comentábamos de que no pudiera estar al lado de Javier Rey presentando el filme que los unió. Se trata de una historia desarrollada en Madrid entre los años 50 y 60, cuando jerifaltes nazis se habían refugiado en nuestra capital, con la anuencia de Franco, tras el fin de Hitler y la II Guerra Mundial. Blanca Suárez interpreta a Isabel Garrido, una española que ha sobrevivido del espanto del Holocausto. Por cierto: su compañero en este filme es Óscar Casas, otro guapazo como su hermano Mario, que hace unos años ha emprendido también su profesión de actor. Blanca, cuando era novia de Mario, con quien estuvo año y medio hasta su ruptura en 2019, fue muy bien acogida por la familia Casas y compartió con los padres y los cinco hermanos algunas fiestas. Javier Rey no parece ser celoso, pero atentos con este futuro seductor que es Óscar, a quien se augura un prometedor futuro, en el cine… y con las mujeres.
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