Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler no se perdieron el concierto benéfico que recauda fondos para becar los estudios de música en el extranjero para los más jóvenes y que tuvo lugar en el Auditorio Nacional de Madrid. Demostrando que son una pareja cada día más unida y con aficiones comunes, ambos salieron del concierto con una gran sonrisa en el rostro.
Siempre muy correcta y haciendo gala de la elegancia y el saber estar que le caracteriza, Isabel respondió con un "no tengo nada que decir" al ataque de su propia prima, Alessandra Grimaldi. Haciendo oídos sordos a las críticas recibidas en el programa Socialité en las que Grimaldi aseguró que Preysler "se está quedando calva", ella prefirió reírse y seguir manteniendo el título de una de las mujeres más elegantes de nuestro país.
"La perfección no existe. Ella hace ver que se lleva bien con todo el mundo pero no es así" comentó Alessandra en el programa de María Patiño, a lo que añadió que "Isabel no quiso asistir al funeral de su hermana y sus hijas tampoco. Ella vive encerrada en su mundo y no tiene trato con nadie de la familia". Lejos de atender a las duras palabras de su prima, Isabel sí que habló sobre el título de marquesa que recibirá su hija en breve: "Le ha hecho ilusión, se lo ha dejado su padre".
Aunque en esta ocasión Isabel prefirió no entrar a hablar sobre el delicado momento que vive la corona española en estos momentos, la pareja de Vargas Llosa sí que quiso resaltar el cariño de la gente hacia la reina Sofía: "Muy bien la gente, como siempre con mucho cariño la han recibido".
Siempre elegante, Isabel eligió para la ocasión un vestido midi en color rojo con drapeado en la parte de la cintura de lo más favorecedor. Como complementos un maxi abrigo de piel en color beige a juego con los zapatos y el bolso de mano.