Tras el polémico Deluxe de Kiko Rivera, en el que confesó acercamientos a otras mujeres que no son Irene Rosales así como una grave depresión, la relación del Dj con su madre se deterioró en menos que canta un gallo.
Una llamada de Isabel Pantoja al programa asegurando que no sabía nada y alentando a su hijo a superar esa etapa (en lo que fue visto por muchos como un cierto desdén hacia esa enfermedad) supusieron un jarro de agua fría para Kiko Rivera, que reaccionó airadamente en redes sociales.
Ahora, unos días después, la situación podría haberse encarrilado. Esa es la intención, al menos de Isabel Pantoja, que habría establecido contacto telefónico para arreglar las cosas con su hijo y su nuera, que ya desmintió públicamente a Pantoja en un nuevo giro de los acontecimientos.
"Quiere hablar con su hijo en persona, porque quiere mirarle a los ojos. Dice que hablando con él va a saber cómo se siente su hijo", explicó el periodista Pepe del Real en El Programa de AR.
Según ha contado la propia cantante, "quiere hablar con él en persona y quiere mirarlo a los ojos, que su hijo le diga que esas depresiones son ciertas y que así va a saber cómo se siente". Pantoja reconoce al periodista que ha vivido muy malos momentos la pasada semana: "Ha tenido un ataque de ansiedad, los abogados le recomiendan apartarse de la polémica y zanjar las diferencias con su hijo".
La conversación, no obstante, ha sido extremadamente difícil. "Ha sido una conversación tensa en la que ambos quedan y se citan para hablar en un tiempo, cuando los problemas de salud de la familia de Kiko se mejore y sea seguro acudir a Cantora".
La intentona de Pantoja no solo se acota a su hijo sino también a Irene Rosales y a sus nietas, por quienes se ha interesado. "Pantoja en esa llamada habló con sus nietas, saludó a Irene y habló con su hijo sobre la situación de este".