![Los grandes amores, idilios y desgracias del marqués de Cubas Fernando Falcó ha fallecido siete meses después que su hermano Carlos y poco después que el marido de su sobrina Xandra.](https://s.libertaddigital.com/images/trans.png)
Vida no siempre mundana la de Fernando Falcó, pero repleta de capítulos sentimentales la de este aristócrata-empresario y perfecto caballero, de exquisita educación siempre con los periodistas, que acaba de fallecer. Luces y sombras rodean su biografía, con su final a los ochenta y un años, cuando luchaba desde hace meses contra una fatal enfermedad. En un año trágico para su familia: la muerte hace siete meses de su hermano Carlos, marqués de Griñón y la más reciente del marido de su sobrina Xandra, Jaime Carvajal.
Pertenecía Fernando Falcó y Fernández de Córdoba a la dinastía de los Montellano, y nació en Sevilla, en el palacio de Dueñas, propiedad de la Casa de Alba. Acabó la carrera de Derecho y dedicó su carrera profesional a dirigir el Real Automóvil Club de España y a presidir varias empresas. Desde 1990 estaba muy interesado en su finca extremeña Valero, una extensa propiedad agrícola y ganadera. Esa dedicación a los negocios no le privaban de su otra faceta social, apareciendo con frecuencia, al menos entre los años 60 y 80 en las páginas de las revistas rosas. No era exacto que fuera un "play-boy" como algunos lo motejaban, pero sí que se le veía a menudo acompañando a hermosas mujeres. Decíase que era un soltero de oro, que no llegaba a comprometerse del todo con sus conquistas.
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En ese "curriculum" sentimental de Fernando Falcó figuran nombres de mujeres importantes, como la ex emperatriz Soraya, Gina Lollobrígida, Odile Rodín, que había sido amante y luego esposa de Porfirio Rubirosa, yerno del dictador dominicano Trujillo, de la que se contaba que usaba bragas de visón, y varias actrices, como las italianas María Gracia Bucella, Claudia Rivelli (hermana de Ornella Mutti) y otras más conocidas aquí, caso de Nadiuska, Silvana Sandoval, "La Contrahecha", una bailaora flamenca muy sensual… La lista era más amplia, mas la dejamos ahí no sin citar a quien fue la primera dama de la que se enamoró perdidamente: Mónica Prado Colón de Carvajal, hija de Diego Prado, secuestrado por ETA. Ignoramos qué ocurrió en aquella pareja, aunque parece ser que el marqués de Cubas cambió de planes de boda con Mónica, lo dejaron, ella terminó casándose con el prestigioso abogado Rodrigo Uría y él, Fernando encontró a una joven veinte años más joven con quien comenzó a sentir un apasionado amor: Marta Chávarri.
Aquella rubia, alegre, divertida jovencita era hija de Matilde Figueroa y del diplomático Tomás Chávarri. Había nacido en agosto de 1960 y la conocí siendo una niña en Venecia, en la boda de su tía Natalia y el cantante Raphael. Cuando su madre falleció en 1979 inició estudios de decoración, abandonándolos para casarse con el marqués de Cubas en 1982, en la catedral de Plasencia. Hubo chismes acerca de la idoneidad de esa pareja tan dispar: Marta había sufrido una decepción cuando su novio, un guapo arquitecto, rompió la relación para irse con Beba Longoria. Y dicen que algo despechada aceptó desposarse con Fernando, que también acababa de romper con la antes citada Mónica Prado.
Pronto se supo que aquella boda quizás había sido un gran error. Marta Chávarri demostró ser muy ambiciosa. Sentía tal vez envidia de su cuñada Isabel Presyler, que acaparaba las portadas de las revistas. En mi memoria perdura una fotografía que publiqué en un reportaje de la revista Semana donde se veía a los dos matrimonios (Carlos e Isabel, Fernando y Marta) juntos en la discoteca madrileña "Long-Play" donde actuaban Los del Río, muy amigos de ambas parejas. El tiempo acabaría por deshacer ambas uniones. Cuando ya "la reina de corazones" vivía los vientos por el Ministro de Hacienda Miguel Boyer y Carlos, más tarde, también se casaría, ya por tercera vez. Y más recientemente la cuarta, con el dramático final de su muerte, víctima del coronavirus.
Fernando Falcó y Marta Chávarri tuvieron a su hijo Álvaro; se desvanecieron los rumores de separación del matrimonio. Que arreciaron en el verano de 1988, a propósito de que a ella la eligieran Lady España, un concurso de patrimonio publicitario que manejaba un relaciones públicas, Rafael Lozano, sin el prestigio de otros certámenes de belleza. Ya rondaba por aquel entonces a Marta un empresario millonario llamado Alberto Cortina. Pero Fernando Falcó parecía ignorarlo. Aquel concurso tuvo lugar en Ibiza y, delante de las narices del marqués de Cubas, Cortina alabó la belleza de su mujer, un cumplido aparentemente sin malicia, que contenía un deseo irrefrenable del piropeador por conquistar a Marta Chávarri.
Lo que destapó la caja de los truenos fue la publicación en agosto de aquel 1988 de unas impúdicas imágenes de Marta, acompañada esa velada por su todavía marido, el marqués de Cubas. Se tomaron en la noche del 15 de junio, mas no se dieron a la luz pública hasta dos meses después. Ningún medio quería insertarlas en sus páginas. Fueron después un escandalazo pues se contemplaba a Marta Chávarri sin ropa interior, mostrando su pubis. Ni qué decir que la revista Interviú agotó su tirada. Los chistes no se hicieron esperar: "La mujer de las bragas de oro". Y un medio británico que insertó una de aquellas instantáneas, con este pie de foto: "Marquesa sin bragas". Cuando con anticipación, el marqués de Cubas supo de la existencia de tal documento gráfico, su indignación y su pena eran infinitas. Quien lo había ya alertado por teléfono fue Alicia Koplowitz, igualmente herida pues estaba casada con Alberto Cortina. Lo que siguió más tarde ya excede del compromiso de este artículo. En 1989 el marqués de Cubas se divorció de Marta Chávarri, que ya había protagonizado otro escándalo más en un hotel de Viena, donde pasó un fin de semana con su amante, Alberto Alcócer. Los cimientos del matrimonio de éste con Alicia se desmoronaron, en medio de una crisis tanto sentimental como financiera. A todo esto, el marqués de Cubas se quedó con la custodia del hijo que tuvo con Marta Chávarri. Álvaro es hoy un joven despierto, que heredará el título del marquesado de Cubas y ya ha mostrado también sus seductoras maneras, pues no hace mucho se le relacionó con Isabella, la hija de Philippe Junot, ex de Carolina de Mónaco.
![marta-chavarri-marques-cubas-raphael.jpg](https://s.libertaddigital.com/2020/10/20/marta-chavarri-marques-cubas-raphael.jpg)
Pasó Fernando Falcó tiempo muy duros tras su amargo fracaso con Marta Chávarri. No sólo por el divorcio, sino al verse engañado por ella, señalado si iba por la calle o a alguna reunión. Se le quitaron las ganas de divertirse en las fiestas sociales a la que era invitado como de costumbre. La justicia determinó, a instancias a Marta Chávarri, que aquellas fotos indecentes no tenían interés público. ¿…? El caso es que Interviú, que al parecer llegó a pagar por ellas seis millones de pesetas, obtenidas por pura casualidad con la cámara de un fotógrafo de bodas y discotecas y no un profesional de prensa, tuvo que indemnizar a la ya ex marquesa de Cubas con treinta y seis millones de pesetas, aunque sus abogados solicitaban la abusiva cantidad de doscientos millones.
El tiempo lo cura todo. Y Fernando Falcó reaccionó caballerosamente, jamás se le escuchó en público comentario alguno al respecto de su gran desgracia, negándose a cualquier amago de entrevista o declaración. Pasó página, que se dice coloquialmente. Y su vida dio un giro de trescientos sesenta grados el 7 de junio de 2003 al contraer su segundo matrimonio precisamente con Esther Koplowitz, cuñada de Alberto Alcocer. La boda fue íntima, con la presencia mínima de invitados, alrededor de una docena, en la finca "La Gata", situada en la provincia de Ciudad Real, junto a las lagunas de Ruidera, una de las propiedades de la novia, quien por entonces sufría ciertos desequilibrios financieros en sus millonarios negocios. Estuvieron casados cinco años, aunque bien de cara a la galería o por acuerdo mutuo e intereses de los dos continuaron conviviendo un tiempo más, tras su fracaso como pareja. Otro más para ambos.
El marqués de Cubas ya no quiso saber de un tercer matrimonio en adelante. Fue reduciendo su presencia en la vida social madrileña, más interesado como ya dijimos en la finca extremeña que había adquirido. Le ha sorprendido la muerte rodeado sólo con las pocas personas de su intimidad. Sin duda todo un personaje que aunque amó mucho también padeció dolorosos momentos que fueron quebrando en los últimos tiempos su herido corazón.